El proyecto minero Tía María, ubicado en la provincia de Islay, inició trabajos preliminares que incluyen reforestación y movimiento de tierras. Según Paul Lostaunau, jefe de Comunicaciones de Southern Perú, estos preparativos resultan fundamentales para construir los principales componentes del proyecto en el futuro.

El presidente de Southern, Óscar González Rocha, afirmó que las obras físicas comenzarían en enero; sin embargo, la empresa no ha precisado una fecha exacta para el inicio de la construcción. Las autoridades de la compañía explican que mantienen el cronograma en marcha y avanzan gradualmente para garantizar un inicio ordenado.

La compañía contrató a más de 400 personas, todas provenientes del Valle de Tambo y la provincia de Islay. Con esta medida, se busca generar empleo directo e indirecto en una región que ha enfrentado históricamente el desempleo y las tensiones sociales relacionadas con proyectos mineros.

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Southern prevé generar aproximadamente 3 mil 600 empleos directos y hasta 9 mil indirectos durante la etapa pico de construcción. Además, la empresa destaca su programa de becas y formación técnica, que ya incorpora a jóvenes locales en el mercado laboral minero.

A pesar de estos avances, el riesgo de protestas en el Valle de Tambo sigue presente. Aunque la empresa expresa su disposición a dialogar con las comunidades, el recuerdo de las manifestaciones pasadas representa un desafío importante para garantizar la continuidad del proyecto sin conflictos sociales.

Southern ajustó la inversión inicial estimada en el proyecto a mil 800 millones de dólares debido a actualizaciones en costos y necesidades. La empresa detalla que estos recursos también financiarán proyectos sociales como la tecnificación del agro y el mejoramiento de la conectividad educativa en Islay.

El inicio de los trabajos preliminares representa un avance para el proyecto Tía María, pero las tensiones sociales y la falta de una fecha concreta para las obras físicas evidencian la complejidad de implementar grandes proyectos en contextos de alta sensibilidad social. La empresa y las autoridades locales enfrentan el reto de construir confianza y sostenibilidad en la zona.