Israel y Estados Unidos lograron un nuevo avance diplomático en Asia Central: Kazajistán formalizará su ingreso a los Acuerdos de Abraham, la iniciativa que desde 2020 promueve la normalización de relaciones con el Estado israelí. El anuncio se realizará durante la visita oficial del presidente kazajo a Washington, en medio de un contexto marcado por la tregua en Gaza y la competencia global por minerales estratégicos en la región.
El presidente Kassym-Jomart Tokayev confirmará este jueves en la Casa Blanca la adhesión de Kazajistán a los Acuerdos de Abraham, según informaron fuentes estadounidenses. Esta decisión busca reforzar el papel del país centroasiático como socio estable y puente diplomático entre Asia y Medio Oriente.
El gobierno kazajo explicó en un comunicado que la adhesión “responde a una política exterior basada en el diálogo y la estabilidad regional”. Aunque Kazajistán mantiene relaciones con Israel desde 1992, su incorporación formal a los Acuerdos permitirá ampliar la cooperación en seguridad, tecnología, turismo y comercio.
Impulsados originalmente por la administración Trump en 2020, los Acuerdos de Abraham ya incluyen a Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos. La entrada de Kazajistán reaviva el interés de Washington por sumar nuevos miembros, como Arabia Saudita e Indonesia, aunque ambos países condicionan su participación a avances concretos hacia un Estado palestino.
El anuncio coincidirá con una cumbre entre Trump y líderes de cinco repúblicas centroasiáticas —Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán— enfocada en el acceso a minerales críticos y el fortalecimiento de la seguridad regional. En 2023, Kazajistán exportó más de USD 5.400 millones en estos recursos, principalmente a China, Rusia y Estados Unidos.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, destacó que esta nueva etapa “abre una oportunidad emocionante donde los intereses nacionales convergen”. Con la adhesión de Kazajistán, los Acuerdos de Abraham consolidan una nueva proyección diplomática de EE. UU. e Israel hacia Asia Central, en un escenario geopolítico marcado por la competencia con China y Rusia.




