El Congreso de la República negó este miércoles la autorización para que Dina Boluarte se ausentara del territorio nacional entre el 24 y el 28 de abril con destino al Vaticano, donde planeaba despedir al papa Francisco. Tras un minuto de silencio, solo tres legisladores alzaron la voz antes de que la votación —45 en contra, 40 a favor y una abstención— sepultaron el viaje. La mayoría argumentó que el país enfrenta 640 homicidios en lo que va de 2025 y una ola de extorsiones que exigen la presencia constante de la jefa de Estado.
El primer golpe vino de Diego Bazán, de Renovación Popular. Desde el estrado denunció que la solicitud presidencial era “un capricho que nos hace perder tiempo”. Esto mientras el crimen organizado expande su control en regiones y penales saturados alimentan la violencia. El congresista exigió que el Ejecutivo concentre sus esfuerzos en reforzar la seguridad interna y no en ceremonias litúrgicas fuera del país. Recordó que, por mandato constitucional, la mandataria necesita permiso legislativo para cada salida.
Con tono aún más severo, Susel Paredes, de Cambio Democrático‑Juntos por el Perú, señaló la contradicción ética de financiar un ritual católico con dinero público. Esto cuando, según el Ministerio del Interior, seis peruanos son asesinados a diario. “Si desea orar por el pontífice, hágalo con austeridad y aquí mismo”, instó. Y subrayó que los colegios siguen cerrados por falta de resguardo policial y que la ciudadanía exige resultados concretos.
La crítica se tornó personal cuando Norma Yarrow tomó la palabra. Católica confesa, la legisladora recordó que la fe se honra atendiendo al prójimo, no abandonando el país. Citó la estadística de 640 homicidios y acusó a Boluarte de “pensar en el maquillaje y el maletín” antes que en las familias extorsionadas. En su argumento, advirtió que incluso el papa Francisco —reconocido por su sencillez— “se molestaría” ante un desplazamiento tan costoso. Lo que contradice su mensaje de humildad y cercanía con los pobres.
El pedido del Ejecutivo, registrado en mesa de partes a las 23:07 h del martes, prometía gobernar de forma remota mediante “tecnologías digitales seguras”, una modalidad usada en giras previas debido a la ausencia de vicepresidentes. Sin embargo, la Mesa Directiva convocó de urgencia al Pleno y, en menos de doce horas, dejó sin efecto la iniciativa. El veredicto parlamentario envía un mensaje nítido: la prioridad nacional es frenar la delincuencia que asfixia a la población antes que rendir honores en el extranjero, por muy alto que sea el difunto.