En las últimas semanas se han agudizado los conflictos entre mineros informales e ilegales, quienes luchan por mantenerse en asentamientos mineros de la región, en especial en la zona de Atico (Caravelí). Y sobre todo lo que pasó la semana pasada entre los mineros de Calpa Renace y Atico Calpa.

Primero debemos señalar que la violencia no lleva a nada. Eso de enfrentarse hasta el punto de atentar contra la vida de personas o secuestrarlas o golpearlas no lleva a nada. Y al contrario lo único que provocan es que los reflectores apunten con más agudeza sobre la minería artesanal, ya sea informal o ilegal. Sobre todo por parte del gobierno, que solo busca un pretexto para, de una vez por todas, declarar toda la minería artesanal como ilegal.

Ojo, que no decimos que todos los mineros sean ilegales y actúen en contra de la ley, haciendo uso de la fuerza —ya sea a golpes o con armas de fuego— para sobreponerse a grupos de personas que laboran en la minería. Sino que esos pocos malos elementos dañan la imagen de miles de pequeños mineros y mineros artesanales que buscan formalizarse y trabajar de la mejor manera posible para llevar un pan a sus casas.

Sobre el problema de la minería artesanal y pequeña minería, desde este medio consideramos que los propios mineros deben sincerarse e informar si quieren o no formalizarse, y qué es lo que están haciendo para seguir ese camino. El hecho de que solo un porcentaje reducido de las decenas de miles de mineros artesanales y pequeños mineros del país se hayan formalizado desde el 2012, cuando inició el Reinfo, es una vergüenza y demuestra que no funcionó.

Lo que el gobierno debe hacer, antes de ampliar o crear una nueva ley que solo será más de los mismo, es verificar el motivo principal por el cual los mineros que buscan la formalización no han logrado formalizarse.

Con la experiencia que tenemos, y de acuerdo a lo que han señalado los propios mineros, el principal motivo por el cual no pueden formalizarse es que no pueden conseguir los contratos de permiso de explotación por parte de los dueños de las concesiones mineras. Estos, en su mayoría empresarios, son los que han generado un gran negocio «oscuro» alquilando sus concesiones a los mineros a cambio de grandes sumas de dinero o porcentajes sobre su producción de oro.

Y el mejor ejemplo de ello es lo que pasaba con la empresa Intigold, que provocó una matanza de 14 personas en el 2022, porque «alquilaba» su concesión a dos facciones a cambio de hasta el 50% de su producción, llevando a esos mineros, Calpa Renace y Atico Calpa, a enfrentarse. El mismo conflicto que ahora podría volver a reavivarse.

Entonces ellos, los dueños de las concesiones, son los verdaderos causantes del caos que vivimos hoy y parece que el gobierno no desea darse cuenta o no quiere solucionar el problema. Porque en el fondo, ellos son los verdaderos dueños del oro. Aunque no lo exploten y solo negocien con las tierras.