La Fiscalía de Bolivia reiteró su exigencia a la Policía Nacional para ejecutar la orden de captura contra el ex presidente Evo Morales. Este es acusado de trata agravada de personas y declarado en «rebeldía» por la justicia el 17 de enero. Pese a los reiterados pedidos del fiscal general, Róger Mariaca, la aprehensión aún no se concreta. Esto evidencia una falta de acción policial en un caso políticamente sensible.

Evo Morales se refugia desde hace meses en el Trópico de Cochabamba, su bastión político y sindical. Y allí cuenta con la protección de sus seguidores, quienes bloquean cualquier intento de detención. Según Mariaca, “existen percances, incomodidades y falencias” que obstaculizan la captura, pero recalcó que la responsabilidad recae en la Policía.

El caso por trata agravada de personas se abrió en octubre de 2024. En ese momento se acusó a Morales de mantener una relación con una menor y presuntamente tener un hijo con ella en 2016. A pesar de no presentarse a dos audiencias cautelares, el ex mandatario justificó su ausencia con certificados médicos. Pero fueron desestimados por el juez Nelson Rocabado, quien además ordenó su arraigo y la anotación de sus bienes y cuentas bancarias.

La defensa de Morales intentó revertir estas medidas mediante una acción de libertad, pero el recurso fue rechazado. Morales sostiene que el proceso tiene fines políticos y busca eliminarlo como candidato presidencial para los comicios de este año. «Es un intento de sacarme de la carrera electoral», denunció el ex líder del Movimiento al Socialismo (MAS).

Tensiones en el MAS

El caso también refleja las tensiones internas en el MAS, donde las diferencias entre Morales y el actual presidente Luis Arce han escalado desde 2021. Morales ha criticado las decisiones del gobierno y reclama ser habilitado para postularse. Esto pese a que una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional de 2023 limita la reelección en Bolivia a una sola vez.

La falta de acción policial ha generado cuestionamientos sobre la capacidad del Estado para aplicar la justicia en casos que involucran figuras de alto perfil. Mientras tanto, el proceso judicial contra Morales sigue tensando el panorama político. Lo que ha marcado un capítulo más en la fractura del MAS y la pugna por el poder en Bolivia.

El desenlace de este caso será clave para definir el futuro político del país, en un año electoral cargado de incertidumbre y polarización.