La situación política en Venezuela alcanzó un nuevo punto álgido con la denuncia del secuestro y posterior liberación de María Corina Machado, destacada líder de la oposición. Según su equipo político, Machado fue interceptada y forzada a grabar videos. Esto ha provocado reacciones de rechazo tanto dentro como fuera del país.

La protesta, que tuvo lugar en Caracas, es una muestra de rechazo a la investidura de Nicolás Maduro para un tercer mandato consecutivo. Machado, quien reapareció públicamente tras un mes de ausencia, lideró la marcha con un discurso que enfatizó la lucha por la libertad en Venezuela. «Hoy toda Venezuela salió a la calle», expresó la dirigente antes de ser interceptada por sujetos armados.

Diosdado Cabello, ministro del Interior y uno de los principales voceros del chavismo, negó rotundamente las acusaciones y calificó el hecho como «una mentira» y «estrategia política». Según Cabello, la oposición fabricó el incidente para generar inestabilidad. Sin embargo, videos de Machado asegurando que estaba a salvo circularon rápidamente en redes sociales, lo que generó más confusión sobre lo sucedido.

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La comunidad internacional no tardó en pronunciarse. España, Colombia y Estados Unidos condenaron los actos de intimidación contra la líder opositora y exigieron respeto por sus derechos. Estos pronunciamientos reflejan la creciente preocupación por el acoso sistemático a figuras opositoras en Venezuela. Todo esto en un contexto donde las detenciones arbitrarias y la represión son constantes.

La tensión en las calles también fue evidente. Mientras la oposición marchaba en rechazo a Maduro, el chavismo organizó una manifestación paralela en apoyo al presidente. Caracas amaneció con un fuerte despliegue de seguridad, y los puntos de concentración se convirtieron en escenarios de contraste entre ambas visiones del país.

En este contexto, González Urrutia, candidato opositor en las elecciones pasadas y actualmente exiliado en España, expresó su intención de regresar a Venezuela para asumir el poder. Sin embargo, las autoridades chavistas ya advirtieron que lo arrestarán inmediatamente si entra al país. Las amenazas y recompensas por su captura son prueba del ambiente de hostilidad que reina en la política venezolana.

El caso de María Machado es un reflejo de la profunda crisis que atraviesa Venezuela. Ahí la lucha por el poder se libra tanto en las calles como en los discursos. Las manifestaciones opositoras y las respuestas del gobierno evidencian que el país sigue atrapado en una dinámica de confrontación. Mientras que la comunidad internacional observa con preocupación la escalada de tensión.