Ni el estado de emergencia frenó la violencia en Lima Este. A plena tarde, un colectivero fue ejecutado por dos sicarios que lo interceptaron dentro de su miniván en Ñaña, Lurigancho-Chosica. Los atacantes dispararon a quemarropa y escaparon en motocicleta, desatando el pánico entre vecinos y comerciantes. La Policía investiga una posible extorsión vinculada al cobro de cupos, mientras la población denuncia la falta de patrullaje pese a las medidas de seguridad anunciadas por el Gobierno.
El ataque ocurrió en la entrada a La Era, una zona de intenso movimiento en Lurigancho-Chosica. Testigos relataron que los asesinos actuaron con precisión y sin mediar palabra, mientras la víctima esperaba pasajeros. Tras los disparos, los agresores huyeron entre el tráfico, dejando a decenas de personas en shock. El cuerpo del conductor quedó dentro de su vehículo, rodeado por curiosos y familiares que confirmaron su identidad entre lágrimas.
Efectivos de la Depincri Chosica y peritos criminalistas cercaron la escena, recogieron casquillos y revisaron negocios cercanos en busca de cámaras de seguridad. Los agentes sospechan que el ataque estaría relacionado con extorsiones a transportistas, un problema que en las últimas semanas se ha extendido por varios distritos de Lima Este.
Vecinos y comerciantes denunciaron que el patrullaje policial es escaso y que los robos, asaltos y amenazas aumentaron en la zona. Aseguran que han pedido sin éxito la instalación de cámaras de vigilancia al municipio, mientras el transporte informal continúa operando sin control.
El asesinato del colectivero expuso, una vez más, las fallas del estado de emergencia decretado por el Ejecutivo. Aunque el despliegue de fuerzas del orden debía garantizar seguridad, los ataques contra transportistas siguen en aumento. La Policía busca ahora identificar la motocicleta usada por los sicarios y determinar si este crimen forma parte de la red de cobro de cupos que azota Lima Este.
