La presidenta de la República y el ministro de Salud, César Vásquez, fueron recibidos con gritos de repudio y manifestaciones en diversas localidades, reflejando el descontento ciudadano por la inseguridad ciudadana que se vive en el país.
La presidenta Dina Boluarte y el ministro de Salud, César Vásquez, enfrentaron protestas durante una actividad en la capital Lima. En el Hospital María Auxiliadora, en San Juan de Miraflores, la llegada del ministro fue recibida con gritos de rechazo. Pacientes y vecinos cuestionaron la gestión gubernamental, especialmente en temas de seguridad e insatisfacción con los servicios públicos.
Durante el evento, en el que se inauguraron tomógrafos y un resonador magnético, los manifestantes corearon “Dina asesina”. Además exigieron respuestas a las problemáticas que afectan a la comunidad. La situación se mantuvo tensa hasta la retirada del ministro, entre gritos y muestras de descontento.
La protesta fue aún más intensa en Chosica, donde la presidenta Boluarte inauguró una nueva institución educativa. Un video viral mostró a una turba lanzando huevos contra la camioneta presidencial mientras gritaban “fuera asesina”. Agentes de la PNP contuvieron a los manifestantes para evitar que se acercaran al vehículo oficial.
Esta visita ocurre en un contexto de crisis para el gobierno de Boluarte. Según una encuesta de Datum, la desaprobación hacia la presidenta alcanza el 92%, debido a la percepción de inacción frente a la inseguridad y la corrupción. Solo un 5% de los peruanos aprueba su gestión, la cifra más baja en casi dos años.
La indignación es generalizada en todas las regiones del país, con el sur liderando la desaprobación con un 94%. Lima, Callao, el norte y el centro del país siguen de cerca, con un rechazo del 92%. Incluso el oriente del Perú, con cifras tradicionalmente más moderadas, reporta un 87% de desaprobación.
El malestar se refleja también entre los jóvenes de 18 a 24 años, de los cuales el 87% desaprueba la gestión de Boluarte. En los demás grupos etarios, el rechazo supera el 90%. No hay diferencias significativas entre hombres y mujeres, ambos con niveles de desaprobación del 92%.
Estas cifras y las protestas recientes evidencian la compleja situación que enfrenta el Ejecutivo, con un creciente distanciamiento entre el gobierno y la ciudadanía. La estrategia oficial para recuperar la confianza aún parece distante, en medio de un clima de hostilidad social.