El Papa Francisco expulsó a Miguel Salazar y Rafael Ísmodes del Sodalicio por abusos graves. Ambos son figuras clave en la Universidad Católica San Pablo.
Miguel Salazar Steiger, prorrector para la Persona y la Cultura de la Universidad Católica San Pablo (UCSP) y máxima autoridad del Sodalicio en Arequipa, fue expulsado del Sodalitium Christianae Vitae (SVC) por decisión del Papa Francisco. A Salazar se suma el capellán de la universidad, Rafael Alberto Ísmodes Cascón, quien también fue autoridad de la orden.
La Nunciatura Apostólica en el Perú anunció este 25 de septiembre que Salazar e Ísmodes, junto a otros ocho sodálites, en el resto del Perú, fueron apartados de la sociedad de vida apostólica. Esto por su implicación en abusos físicos, incluso con sadismo y violencia; abusos de conciencia; con métodos sectarios para quebrar la voluntad de los subordinados y abusos espirituales dentro de la organización religiosa.
Además, se les acusa de acoso y encubrimiento de los delitos cometidos por miembros de la orden. Y por mala administración de bienes eclesiásticos y el uso del periodismo para perseguir a los denunciantes de abusos sexuales al interior de la orden.
El pronunciamiento de la Nunciatura no especifica el tipo de transgresiones o ilícitos están incluidos Salazar e Ísmodes. Sin embargo, cabe mencionar que esta decisión se toma tras la evaluación de los resultados de la visita al Perú, entre julio y agosto de 2023, de dos representantes del Vaticano: Charles Scicluna y Jordi Bertomeu.
De acuerdo al comunicado de prensa de la Nunciatura, hubieron ‘denuncias que emergieron’ durante la ‘Misión Especial’. Por ello, el papa Francisco revisó la defensa de los involucrados, y, tras evaluar los casos, tomó la decisión de expulsar a Salazar e Ísmodes, junto a otros ocho miembros del Sodalicio.


Respuestas oficiales
Los representantes del Sodalicio declararon al portal periodístico El Búho que “el Sodalicio no ha recibido ninguna denuncia sobre el Sr. Miguel Salazar ni de abuso ni de encubrimiento. La investigación exhaustiva realizada por expertos internacionales concluida en febrero de 2017, tampoco encontró que fuese responsable de ningún acto de ese tipo”. Ello contradice la decisión papal.
Por su parte, fuentes de la Universidad Católica San Pablo manifestaron que «por ahora la Universidad está evaluando los detalles e implicancias de la decisión del Vaticano».
Asimismo, fuentes del arzobispado de Arequipa indicaron que no emitirán ningún pronunciamiento adicional al comunicado de la Conferencia Episcopal Peruana y también evitaron declarar sobre el caso del reverendo Rafael Ísmodes, capellán de la universidad. Aseguraron que no les corresponde referirse al asunto.

Reacciones
En el fuero interno de la universidad, los detractores de Salazar, en su papel de líder del Sodalicio en Arequipa, lo critican por buscar el poder y control total sobre los aspectos religiosos y administrativos de la Universidad Católica San Pablo. También se le acusa de perseguir a profesores que sean críticos a sus métodos.
Incluso, a pesar de que el propio Sodalicio adquirió una postura de búsqueda de la redención, por los abusos sexuales cometidos al interior de la orden, no se conoce pronunciamiento o acción alguna por parte de la universidad respecto a estos casos. Más aún teniendo en cuenta el poder de Salazar dentro de ella.
Como es de público conocimiento la casa de estudios forma parte del grupo de instituciones vinculadas a la educación con las que el Sodalicio consolida no solo su poder económico, si no también su poder religioso en entornos conservadores como Arequipa.
Gonzalo Banda, ex catedrático, publicó un post bastante crítico en X (Twitter) asegurando que Miguel Salazar se encargó de «apartar a los críticos y rodearse de aduladores».

Rafael Ísmodes Cascón, también ha sido un actor relevante en estas dinámicas. Ha actuado como capellán de la universidad y como figura en la promoción de la ideología del Sodalicio dentro del campus.
Reparación a las víctimas
Fundado en 1971 por Luis Fernando Figari, el Sodalicio buscaba contrarrestar la Teología de la Liberación en Iberoamérica y reclutaba a jóvenes de las clases altas de Lima. Sin embargo, su crecimiento estuvo marcado por prácticas abusivas y manipuladoras, como revelaron denuncias de abuso sexual desde el año 2000. Siendo José Enrique Escardó el primer denunciante en un artículo en la revista Gente.
En 2015, el libro Mitad monjes, mitad soldados de Pedro Salinas y Paola Ugaz expuso más de 30 testimonios de abusos sexuales, físicos y psicológicos. Figari y otros líderes fueron denunciados, lo que llevó al Vaticano a tomar medidas, como la prohibición a Figari de regresar a Perú. También destacan las denuncias planteadas en los libros Sin noticias de dios, también de Pedro Salinas, y La jaula invisible de Martín López de Romaña. Este último es arequipeño, que aunque no fue víctima de abuso sexual, también sufrió acoso por parte del exlíder del Sodalicio.
El Sodalicio de Vida Cristiana estableció en 2016 la Oficina de Escucha y Asistencia para recibir denuncias de abusos y ofrecer procesos de reparación por los abusos sexuales cometidos por los miembros de la orden.
Hasta el 31 de diciembre de 2023, la Oficina de Escucha y Asistencia había llevado a cabo 73 procesos de reparación, todos a través de acuerdos extrajudiciales. De estas reparaciones, 67 fueron otorgadas a víctimas hombres y 6 a mujeres, en su mayoría exmiembros del Sodalicio. Además, la institución realizó 32 evaluaciones individuales en 2016, de las cuales 22 resultaron en acuerdos de reparación. Las medidas incluyen apoyo académico, terapéutico y, en algunos casos, indemnizaciones económicas.
Los otros expulsados
La lista de expulsados del Sodalicio por parte del Vaticano la completan las siguientes personas: Eduardo Antonio Regal Villa, José Antonio Eguren Anselmi, Erwin Augusto Scheuch Pool, Humberto Carlos Del Castillo Drago, Oscar Adolfo Tokumura Tokomura, Daniel Alfonso Cardó Soria, Ricardo Adolfo Trennemann Young y Alejandro Bermúdez Rosell.
El documento emitido por la conferencia Episcopal Peruana finaliza de la siguiente manera: «El Papa Francisco junto a los Obispos del Perú y de aquellos lugares en los que está presente el Sodalicio de Vida Cristiana, entristecidos por lo ocurrido, piden perdón a las víctimas y se unen a sus sufrimientos. Asimismo, ruegan a esta Sociedad de Vida Apostólica que inicie un camino de justicia y reparación».
Este suceso marca un nuevo capítulo en la crisis que atraviesa el Sodalicio y la Universidad Católica San Pablo, donde se espera una mayor transparencia y responsabilidad moral tras las conclusiones de las investigaciones del Vaticano.