Planeta Cadáver: El desafío

Aurelio aceptó el reto para probar que no era un cobarde, pero lo que halló en la casa del desafío fue algo más feroz que sus miedos. La señal que debía confirmar su hazaña fue la carnada perfecta: una mano cercenada saludando desde la ventana. El horror se desató con la ingenuidad de sus amigos.
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