Las lluvias han puesto en evidencia la ineptitud de muchas de nuestras autoridades, principalmente los encargados de utilizar la plata. Empezando por le gobernador Rohel Sánchez, que solo piensa en vacaciones, y por el resto de alcaldes distritales y provinciales.
Un informe de la Contraloría advierte que el alcalde de Alto Selva Alegre, Alfredo Benavente, no cumplió con elaborar el Plan de Contingencia por Riesgo de Desastres para su distrito. Ya de por sí estos es una falta grave y debería ser sancionado al menos con unos 30 días de suspensión. Pero su consejo de regidores salameros, obviamente no harán nada.
Lo peor, tenían una ficha técnica para la limpieza de torrenteras que no ejecutaron y ahora vemos las consecuencias de toda esa desidia e ineptitud. La parte alta de Alto Selva Alegre, sobre todo en Villa Ecológica sufren las consecuencias de tener una alcalde que no tomó previosiones.
Claro, ahora y reparte sacos terrenos, mete maquinaria para encausar los ríos de lodo que se han formado; ¿pero qué estuvo haciendo durante el año pasado para prevenir todo ello? La respuesta es simple: nada. Y lo dice así también la Contraloría.
Y la gestión de Benavente no es la única. Solo que no hay informes que respalden lo que ya se sabe y ve.
Y qué mejor que ver la gestión del gobernador Rohel Sánchez. Ahora está haciendo ruta por donde huayco aparece para llevar ayuda. ¿Pero esa es la labor del gobierno regional? Un reportaje de este medio evidencia que no tienen plan de contingencia. Su gerente, el no apto, José Barrezueta no hizo nada todo el tiempo que estuvo de gerente. Pero tampoco hizo nada Carlos Zanabria, que estuvo unos meses allí solo armando experiencia. Porque ese es su lema: la experiencia.
No hicieron nada para mitigar las consecuencias de las lluvias que ya se venían. Y no hicieron nada, no porque no había plata o solo porque no tienen personal capacitado; sino porque ellos mismos no sabían nada sobre gestión de riesgo de desastres. Principalmente Zanabria. Barrezueta, quizás, algo. Pero los hechos evidencian que estamos a la deriva.
Llevar ayuda, la verdad es que no ayuda nada. Valga la redundancia. Cuando tengamos autoridades que planifiquen, que prevengan, dejaremos de llorar desastres y muertos. Mientras tanto, veremos solo fotos y más promesas.