Las Fuerzas de Defensa de Israel han llevado a cabo un ataque aéreo en Beirut, dirigido al cuartel general de Hezbolá, lo que ha dejado al menos seis muertos y 91 heridos. La operación ha suscitado dudas sobre la seguridad del líder de la milicia, Hassan Nasrallah.
Este viernes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron un ataque aéreo contra el cuartel general de la milicia libanesa Hezbolá, ubicado en un suburbio del sur de Beirut. Según las autoridades libanesas, al menos seis personas han perdido la vida y 91 han resultado heridas a raíz de la operación. La FDI afirmó que el ataque fue «muy preciso», aunque aún no ha confirmado la presencia de Nasrallah en el lugar.
La prensa israelí ha informado que Hassan Nasrallah era el objetivo principal del ataque, pero no hay certezas sobre su ubicación en el momento de los bombardeos. El portavoz de las FDI, contraalmirante Daniel Hagari, declaró que están verificando los resultados de la operación y la situación del líder de Hezbolá, mientras la tensión en la región aumenta.
La embajada de Irán en Beirut condenó el ataque, describiéndolo como una «peligrosa escalada que cambia el juego». Este ataque se produce en un contexto en el que Hezbolá ha estado recibiendo respaldo militar y financiero de Irán, y ha estado en conflicto con Israel en el marco de una guerra más amplia en Gaza. El ministro de Salud de Líbano, Firass Abiad, advirtió sobre el posible número de víctimas bajo los escombros de los edificios impactados.
Piden alto al fuego
El ataque de Israel coincide con esfuerzos diplomáticos para establecer un alto el fuego de 21 días entre ambas partes, que hasta ahora no ha sido bien recibido. Pocas horas antes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteró el compromiso de su país con la lucha contra «enemigos salvajes». Por su parte, el primer ministro interino del Líbano, Najib Mikati, denunció que Israel no está dispuesto a respetar las negociaciones por la paz.
Hezbolá respondió al ataque lanzando cohetes hacia las ciudades israelíes de Nahariya y Safed, lo que provocó que sonaran las alarmas en el norte de Israel. Las FDI informaron que han interceptado varios de estos misiles, aunque la situación ha causado daños significativos en propiedades. Las fuerzas israelíes continuaron su ofensiva, atacando posiciones de Hezbolá en el sur de Líbano.
La frontera entre Israel y Líbano ha emergido como un segundo frente de combate desde el ataque sorpresa de Hamás el 7 de octubre, aumentando la preocupación por una escalada más amplia en Medio Oriente. Alrededor de 60 mil israelíes han tenido que evacuar sus hogares cerca de la frontera, en medio de un intercambio constante de fuego entre las fuerzas israelíes y Hezbolá.
La situación actual plantea grandes interrogantes sobre el futuro de la región. Nasrallah deberá decidir cómo responder al ataque, mientras que Israel evalúa la posibilidad de una operación terrestre en Líbano. Los diplomáticos internacionales observan con preocupación, temiendo que el conflicto se propague aún más en un contexto ya frágil.