Editorial: Arequipa sigue a merced del crimen

Desde que empezó su gestión, el gobernador Rohel Sánchez no puede cumplir con su promesa de entregar patrulleros a las comisarías de la región. El primer intento se cayó por un presunto direccionamiento del proceso de licitación, cuando se descubrió que la empresa ganadora ya tenía listos los vehículos antes de firmar del contrato. Y luego, la compra de 100 patrulleros también se ha caído, sospechosamente, debido a que no se ha encontrado un proveedor idóneo que cumpla los términos de referencia.

Y mientras el gobernador, ya cerrando su tercer año de gobierno, no puede comprar 100 patrulleros, en La Libertad la semana pasada el gobierno regional de esa región, el Ministro del Interior y el propio presidente José Jerí, hicieron la entrega de 290 patrulleros, 200 radios, 40 bodycams, 40 drones y hasta chalecos antibalas para la lucha contra el crimen. Además, de la construcción de un Laboratorio de Criminalística.

Sin duda, Rohel Sánchez debería estar preocupado, porque más allá de «capacitaciones» sin mayor resultado y la entrega de unas motos y drones que nadie sabe dónde están y quién las o los usa, su gestión no ha logrado ningún avance. Tal parece que tampoco es de confianza o amistad del nuevo presidente José Jerí, y que su cercanía con la nefasta Dina Boluarte tampoco dio ningún fruto. Muestra de ello debe ser que Jerí hasta ahora no ha pisado suelo mistiano y menos ha hecho algún anuncio respecto a temas de seguridad ciudadana en Arequipa.

Mientas tanto, el Comite Provincial de Seguridad Ciudadana se ha declarado en sesión permanente debido al incremento de denuncias por extorsión. Lo que no ha motivado siquiera un pronunciamiento de Rohel Sánchez o de sus funcionarios. Seguro que a ellos el crimen no los alcanza, pero a los ciudadanos de a pie, taxistas, transportistas, micro empresarios o a los empresarios sí.

El hecho de que otras regiones en el sur como Tacna o Moquegua, o en el norte, como La Libertad, estén avanzando más que Arequipa lo único que hace es reforzar la premisa de que la gestión de Rohel Sánchez sigue sin rumbo y sin objetivos claros para solucionar la problemática de inseguridad ciudadana en la región.

Y la mejor muestra de que todo va de mal en peor, es el reporte del estado de las comisarías que publicó la Contraloría y que este medio se dio el trabajo de compilar y simplificar para nuestra audiencia. El diagnóstico es grave: faltan efectivos policiales, la infraestructura está en pésimas condiciones, varios vehículos inoperativos, comisarias sin planes de patrullaje, otras que no publican o no tienen mapas del delito, y varias que tampoco tienen georeferenciados a los casos de protección personal. Sin contar la precariedad en el ámbito logístico, con comisarías sin equipos de computo, impresoras, teniendo que depender de los equipos de los propios efectivos.

Así, queda claro, nunca vamos a vencer al crimen en la región. ¿Hasta cuando los arequipeños deberemos esperar por unos cuantos patrulleros señor Rohel Sánchez? O mejor aún, ¿hasta cuando tomará en serio la lucha contra la inseguridad ciudadana? Estamos cerca de cerrar el 2025 y nada de nada.

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