Por Augusto Santillana. Abogado y analista político
Arequipa, una vez más, acoge a la 37 edición de PERUMIN, siendo nuestra ciudad, el epicentro de la minería regional y mundial con la participación de delegaciones de los cinco continentes. Evento que convoca a empresarios autoridades, funcionarios de primer nivel y líderes mundiales como la visita del ex presidente argentino, Mauricio Macri. Qué duda cabe que tal acontecimiento es ya una tradición que se realice en Arequipa, que viene siendo elegida como sede en quince oportunidades, convirtiéndose en el lugar habitual del PERUMIN, considerada la más importante de América Latina y un evento nacional clave en el calendario festivo.
Si bien es muy importante para la economía de nuestra ciudad que este fastuoso evento siga convergiendo cada dos años pues, además de confluir los nuevos adelantos y formas más eco amigables de ejercer la actividad minera; genera ingresos al turismo, a la actividad de los pequeños comercios y servicios, como los taxistas, los hoteles, restaurantes, discotecas, los servicios de “catering” y es, hasta una forma de presionar a las autoridades locales para que apuren las obras para la adecuada realización de esta convención como ocurre con la acelerada construcción del puente que conduce a Cerro July y al distrito de Hunter, que ya está próximo a culminarse para beneficio de los comercios de la zona y de la población en general.
Arequipa, pues es ideal para acoger este evento con una respuesta satisfactoria. Además de ello, contamos con una minería relevante con grandes yacimientos mineros, con un puerto destinado más a la exportación minera, y con una buena cobertura de servicios. No obstante ello, también nos hace asentir o reiterar que somos esencialmente, un país que basa su economía en los ingresos derivados de las actividades extractivas, en la explotación de nuestros minerales más preciados. Y dada la coyuntura actual, tan solicitados, por el auge de las nuevas tecnologías en las economías del primer mundo.
Y aquí, traigo a colación la necesidad reiterada para el país de impulsar las políticas de la diversidad productiva a través de la creación de nuevos rubros para productos con valor agregado. Sabemos que la actividad minera es motor de la economía nacional, genera puestos de trabajo directos e indirectos, pero, estos últimos son casi en su integridad en el rubro de servicios a la actividad minera. Falta por lo tanto, impulsar espacios de producción a través de la promoción de parques industriales y tecnológicos que masifiquen y maximicen los beneficios que genera la minería, promoviendo nuevos sectores de crecimiento económico.
Sino, nos corremos el riesgo, que frente a la “gallina de los huevos de oro”, que algún día pueden reducirse o quizá acabarse; no contemos con un retén impulsor del desarrollo productivo para las generaciones venideras.
No podemos asegurar nuestra economía solo en la minería. Pues, de lo ya dicho; tenemos al otro factor gravitante para nuestra futura subsistencia, la agricultura. Qué duda cabe que el agro, en los diferentes niveles que se desarrolla, genera más puestos de trabajo que la actividad minera. la agricultura, que nace con la vida, constituye la principal actividad económica de las zonas rurales del Perú, donde representa el 57% de la actividad económica. En 2024, el 93% de la producción agraria peruana se destinó al mercado local, mientras que el 7% fue exportado. Por lo que su futuro avisor, exige tecnificar la actividad agrícola y ampliar la base cultivable para nuevos productos. Por lo mismo, en este contexto, no se entiende las declaraciones desafortunadas del Ministro de Agricultura y Riego, Angel Manero, en el desarrollo del Perumin en Arequipa, al declarar que “La agricultura puede esperar; un proyecto minero no” además de precisar que “La minería tiene prioridad sobre el agua. Habría que recordarle al Ministro Manero, que él representa en el Gobierno, la defensa y promoción de la agricultura en el Perú y no puede desmerecerlas frente al auge y poder de la gran minería. Por lo que, tales declaraciones han recibido el rechazo general de autoridades y dirigentes representativos del agro a nivel nacional. Esperemos que se hagan los correctivos y cambios en esa política en tan importante despacho ministerial. Ello, en aseguramiento del futuro alimentario, como pilar básico de la subsistencia humana y la real generadora de trabajo en nuestro país.