Un equipo de arqueólogos de la Universidad Penn State (EE.UU.) y del Ministerio de Culturas de Bolivia reportó el hallazgo de un templo ceremonial vinculado a la civilización Tiwanaku, a 130 kilómetros al sur del sitio arqueológico central. El estudio fue publicado en la revista Antiquity el 24 de junio.

La estructura, bautizada como Palaspata, había permanecido oculta en la cima de una colina. Aunque conocida por agricultores locales, nunca fue excavada por investigadores. El complejo —según se indica— tiene 15 recintos rectangulares alrededor de un patio central, con una orientación alineada al equinoccio solar.

“Era un punto de convergencia entre ecosistemas distintos”, declaró el antropólogo José Capriles, autor principal del estudio. El sitio conecta el lago Titicaca, el Altiplano occidental y los valles orientales de Cochabamba. Para Capriles, este nodo pudo articular redes económicas y religiosas más amplias de lo que se pensaba.

El hallazgo pone en cuestión el límite real del control de Tiwanaku. Hasta ahora, se creía que su influencia se limitaba al área del lago Titicaca. Sin embargo, la ubicación estratégica del templo y su arquitectura compleja sugieren una presencia más extendida. “Confirma que la expansión fue real, no solo simbólica”, sostiene el historiador Guillermo Carvajal.

El templo fue identificado mediante imágenes satelitales y drones, que permitieron una reconstrucción en 3D del sitio. Los investigadores destacan que este patrón coincide con otros centros ceremoniales tiwanacotas, lo que refuerza su autenticidad.

La civilización Tiwanaku colapsó hacia el año 1000 d.C. sin que hasta ahora se conozcan sus causas precisas. Este hallazgo no solo permite mapear mejor su huella, sino que obliga a revisar las hipótesis sobre su sistema político y territorial. La expansión de Tiwanaku aún no está del todo contada.

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