La tensión política en Bolivia se intensificó este miércoles con violentos enfrentamientos entre seguidores de Evo Morales y la Policía en La Paz. Las protestas, que llevan tres días consecutivos, exigen al órgano electoral permitir la candidatura presidencial del exmandatario. Esto para los comicios del 17 de agosto, a pesar de que un fallo constitucional lo inhabilita. La manifestación fue dispersada con gases y balines de goma.
Los manifestantes, muchos de ellos enarbolando la bandera Wiphala, símbolo de los pueblos indígenas andinos, intentaron llegar a la plaza Murillo, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo. La Policía lo impidió instalando cercos metálicos y desplegando efectivos en los accesos. Cuando los simpatizantes de Morales intentaron forzar el paso, los agentes respondieron con represión. Petardos, piedras, empujones y gases marcaron el enfrentamiento.
El reclamo se centró en que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) inscriba a Morales como candidato a través del partido Pan-Bol, cuya personería jurídica fue cancelada recientemente. También hubo críticas a la gestión económica de Luis Arce, señalando la escasez de dólares, la inflación y la falta de combustibles. Un grupo quemó muñecos con las imágenes del presidente y del vocal del TSE, Tahuichi Quispe, a quien acusaron de estar subordinado al Gobierno.
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Morales busca postular por cuarta vez, pese a que el Tribunal Constitucional estableció que la reelección solo es válida una vez de forma continua. El exmandatario gobernó durante tres periodos (2006-2009, 2010-2014, 2015-2019) y está legalmente impedido. Su distanciamiento con el MAS y el presidente Arce ha fragmentado al oficialismo en al menos tres bloques, dejando al país en un escenario político cada vez más polarizado.