Más que un simple accesorio, cada pieza que sale de los talleres de “Leotex – Hast” es un símbolo de identidad, un resguardo contra el clima implacable y un testigo silencioso de la vida cotidiana en la Ciudad Blanca. Nacida en 1985 de la visión emprendedora de Leonor Rivera, esta compañía ha trascendido las modas pasajeras para convertirse en un referente de calidad, resistencia y diseño elegante en la fabricación de sombreros, llevando el sello artesanal arequipeño a rincones lejanos del planeta.

Los inicios de Leotex se remontan a una época donde la moda femenina marcaba el ritmo de la pequeña empresa, en 1985. Inicialmente, bajo el nombre no oficial de «Cuatro Estrellas» en honor a las cuatro hermanas hijas de la fundadora, Leonor: Cecilia, Yolanda, Claudia y Edith. La familia incursionó en la confección de faldas para damas, aprovechando una tendencia del momento. Sin embargo, la inquietud emprendedora y la visión de futuro pronto llevaron a la diversificación de su producción, abarcando la fabricación de buzos, chalecos, mochilas y una variedad de prendas confeccionadas a pedido de sus clientes.

Leotex acaba de abrir una tienda en el Mall Porongoche, que se llama La Montera.

De prendas a sombreros 

Fue el espíritu incansable y la dedicación de Claudio Hancco, esposo de Leonor Rivera, lo que marcó un punto de inflexión en la trayectoria de la empresa. En un gesto de reconocimiento al esfuerzo y la naturaleza guerrera de su esposa, el nombre «Leotex» se convirtió en el sello de la compañía, fusionando «Leo» de Leonor con «Tex» de textiles. Simbolizando la unión de la visión fundadora con la materialización de sus creaciones. Bajo esta nueva identidad, comenzó a forjar su camino en el competitivo mundo de la confección, trabajando con instituciones tanto públicas como privadas, incluyendo la importante colaboración con FONCODES (Fondo de Cooperación para el Desarrollo Social). 

“Mi papá reconocía el trabajo de mi mamá. Por eso decidió cambiar el nombre para honrar su sacrificio. Hoy en día ellos siguen siendo los que dirigen esta empresa. Lo tienen todo calculado. Nosotros también nos hemos convertido en parte de esto. Y nuestros hijos heredarán este legado”, cuenta Celia Hancco Rivera.

Los sombreros de Leotex se fabrican a mano, con dedicación y minuciosidad en cada detalle.

El destino tenía reservado un lugar especial para el sombrero en la historia de Leotex. Con una visión estratégica y adaptándose a las demandas del mercado, la empresa familiar incursionó en la fabricación de sombreros, reconociendo el valor cultural y la necesidad de una prenda que ofreciera protección solar sin sacrificar el estilo y la comodidad. Este giro marcó el inicio de una nueva era, ya que pronto se especializarían en la creación artesanal de sombreros de alta calidad, elaborados con materiales duraderos y, lo más importante, con la frescura inherente a la paja natural.

La maestría de Leonor y su familia se convirtió en el sello distintivo de los sombreros Leotex. Cada pieza, elaborada a mano por expertos artesanos arequipeños, refleja la tradición y el cuidado en cada detalle. La elección de materiales 100% paja y macora no solo garantiza la durabilidad y resistencia de los sombreros, sino que también proporciona una protección solar efectiva y una frescura inigualable, características esenciales para quienes se desenvuelven bajo el sol implacable de la región mistiana.

La empresa es la unión de los negocios de los esposos Claudio Hancco y Leonor Rivera.

Alianzas internacionales 

Con el tiempo, la visión de la empresa trascendió las fronteras. Además de su propia línea de diseños elegantes y funcionales, la empresa comenzó a trabajar con sombreros provenientes del norte del Perú y de países hermanos como México, Ecuador y Bolivia, enriqueciendo su oferta y estableciendo lazos comerciales que fortalecieron su presencia en el mercado. Esta apertura a la diversidad de estilos y técnicas consolidó a Leotex como un referente en el mundo del sombrero, capaz de satisfacer los gustos más exigentes.

“Ampliamos nuestra visión. A parte de nuestras seis sedes, que tenemos en el Mercado San Camilo y la que aperturamos en el Mall Aventura Plaza, también importamos sombreros de otros países para generar un mercado más amplio. Así nos consolidamos, pero también buscamos ser reconocidos a nivel nacional”, cuenta Celia. 

Celia Hancco avisa que también hay tiendas en San Camilo, y con sombreros de otros países.

Hoy, a casi cuatro décadas de su fundación, Sombrerería Leotex – Hast se erige como un testimonio del espíritu emprendedor familiar y la pasión por la artesanía de calidad. Bajo la dirección del señor Claudio Hancco y la señora Leonor Rivera, la empresa continúa honrando sus raíces arequipeñas mientras proyecta sus creaciones al mundo. Ahora con una nueva sede el el Mall Aventura Plaza, en Paucarpata, con el nombre de La Montera. Los sombreros, más que un simple accesorio, son una declaración de estilo, una muestra de la tradición artesanal y un símbolo del sol que vio nacer esta emblemática empresa familiar.

Desde las faldas iniciales hasta los sofisticados sombreros que hoy conquistan mercados internacionales, la historia de Leotex es un relato de perseverancia, adaptación y un profundo amor por el trabajo bien hecho. Esta empresa familiar arequipeña no solo fabrica sombreros; teje historias de dedicación, pasión y el orgullo de llevar la esencia de Arequipa a cada rincón del planeta, demostrando que la tradición artesanal y la visión empresarial pueden caminar juntas hacia el éxito global.