Boluarte tilda a la Generación Z de “resentidos” e “influenciados”

La presidenta Dina Boluarte volvió a confrontar a los colectivos que marchan contra su gestión. Desde el acto oficial de presentación del general Óscar Arriola como nuevo jefe de la Policía Nacional, calificó a la Generación Z como “resentidos” e “influenciados” por sectores que, según ella, buscan desestabilizar su Gobierno. Sus declaraciones desconocen el derecho constitucional y supranacional a la protesta pacífica.

Durante su discurso, Boluarte insistió en que las movilizaciones juveniles no surgen de un reclamo legítimo, sino que están orquestadas por “grupitos ensayados” dirigidos por quienes, en sus palabras, “odian la patria” y nunca ganaron elecciones democráticas. Con ese mensaje, intentó restar legitimidad a las manifestaciones que han marcado el pulso de la oposición en las calles.

La mandataria exhortó a los jóvenes a no dejarse “manipular” y a evitar ser un “mal ejemplo” para sus familias y comunidades. En contraste, afirmó que su Gobierno mantiene la disposición al diálogo y pidió canalizar los reclamos en instancias oficiales. “Aquí estamos para conversar, pero no salgan a destrozar los bienes privados y públicos”, señaló, apelando a la unidad bajo lo que llamó “el abrazo blanquirrojo”.

Pese a esa invitación formal al diálogo, Boluarte reiteró su negativa a renunciar, acusando a ciertos líderes de promover consignas políticas imposibles de atender, como el cierre del Congreso. “Yo soy una mujer demócrata y afianzaremos nuestra democracia”, enfatizó, ubicando a sus detractores en lo que describió como una “cultura de odio, desorden y violencia” ajena a la mayoría de peruanos.

La jefa de Estado concluyó instando a los manifestantes a optar por la capacitación y el empleo formal, al tiempo que descalificó nuevamente a quienes convocan las marchas, asegurando que no representan verdaderas demandas sociales. Aunque proclamó tener un Gobierno “de puertas abiertas”, la presidenta lleva meses sin responder preguntas de la prensa, en un contexto marcado por acusaciones de represión y el recuerdo de las protestas que dejaron decenas de víctimas desde el inicio de su mandato.