Graffiti Político: Censo en peligro

Por Augusto Santillana. Abogado y analista político

Hasta el Censo Nacional del año 1993, el día del censo salían a las calles la Policía, el Ejército y los reclutas en todas las localidades del país. Mientras que los pobladores permanecían “presos” en sus casas todo el día para facilitar las entrevistas durante la jornada censal. Es que la modalidad del procedimiento implicaba la orden de inamovilidad para facilitar la recolección de datos. El último Censo del año 2017, dispuso también orden de inamovilidad nacional, pero más atenuada, porque no se podía restringir la libertad de tránsito de acuerdo con la Constitución. La familia debía esperar en su vivienda al empadronador para ser registrados. Eran los llamados “Censos de Hecho o de Facto”. 

En esta oportunidad, pasó desapercibido por la población la organización del Censo Nacional 2025, XIII de población, VIII de vivienda y IV de Comunidades. A pesar de la masificación de las redes digitales, más cobertura tuvo la coyuntura política. Que es muy basta para detenernos a analizar que estábamos a las proximidades de un censo nacional con la importancia y relevancia en planificación y elaboración de las políticas públicas que conlleva. 

Los Censos Nacionales 2025, no se realizarán en un día específico. Esta dispuesto realizarse entre los meses de agosto a octubre del presente año a nivel nacional.
Es un censo de Derecho o de Jure, es decir, las personas serán censadas en la vivienda o lugar donde viven permanente o habitualmente. Lo que se conoce como residentes habituales, por lo que no será necesario inmovilizar a la población. También serán consideradas las personas que pueden estar temporalmente ausentes, independientemente del lugar en que se encuentran en el momento del censo. 

La información será brindada por el familiar más informado, elegido entre los integrantes del hogar. Quien deberá ser mayor de 18 años, vivir permanentemente en la vivienda y deberá conocer los datos de cada uno de los miembros de su hogar. El operativo contará con la participación de más de 40.000 censistas debidamente identificados. Los mismos que atenderán tanto zonas urbanas como rurales utilizando tablets para la recolección de datos, en reemplazo de los formularios en papel.

Por lo mismo que no hubo una eficaz labor de sensibilización social, aunado al premeditado debilitamiento del Estado de Derecho con el quiebre de las instituciones, por corresponder a los intereses de los que hoy nos gobiernan. A la serie de dislates legislativos y la exposición mediática en los medios de comunicación de toda la “farándula política” que ha mermado la credibilidad nacional de lo que el gobierno representa en la población en general. Es que, el desarrollo de los Censos Nacionales 2025, viene teniendo poca convocatoria. En Arequipa enfrenta dificultades debido a la desconfianza de algunos ciudadanos, quienes han rechazado la labor de los empadronadores del INEI. Varios habitantes han optado por no participar en el proceso censal, aduciendo varias justificaciones: connotación política, desconfianza en el censista, temor a brindar información por la misma inseguridad ciudadana que padecemos. 

Esta resistencia e indiferencia de la ciudadanía a la labor censal, viene provocando renuncias masivas de los trabajadores asignados a esta labor. Sin que ninguna autoridad salga a concientizar o motivar a la población sobre la importancia del Censo Nacional 2025 y la participación activa que debemos mostrar. Porque la información que se obtenga permitirá identificar el impacto social de la inversión pública. Para verificar el objetivo del cierre de brechas en salud, educación, infraestructura, transporte, etc. A fin de replantear, continuar o reforzar las políticas públicas sobre información veraz.

También son indispensables para el análisis y la evaluación científica para proponer innovaciones en diferentes materias y actividades de interés común. Tanto para el sector público y privado, la data recabada y procesada como resultado del censo, permitirá a los planificadores y a las autoridades, actualizar la información para la toma de decisiones en la siguiente década. Por lo que es importante, ahora que el proceso recién se ha iniciado, destacar su importancia, apoyar e incentivar su realización.