La infraestructura en las instituciones educativas deberían ser completamente seguras para evitar accidentes en la población estudiantil. Sin embargo, la Municipalidad Distrital de Majes, dirigida por Jenry Huisa Calapuja, no garantiza ese resultado, pues saca adelante un proyecto educativo con varias fallas alarmantes que ponen en riesgo la calidad de la obra, la seguridad del personal y el uso adecuado de los fondos públicos.
La Contraloría General de la República (CGR) advirtió estas situaciones adversas, a través del informe de Hito de Control N.º 011-2025, en el proyecto denominado “Mejoramiento del Servicio Educativo del Nivel Primaria de la I.E. Las Gardenias”, que se ejecuta bajo la modalidad de contrata.

La obra, que tiene un costo total de 14 millones 014 mil 708,71 soles, está a cargo del Consorcio Lima. Según el cronograma inicial, debía culminar en julio de 2025, pero ya sufrió dos ampliaciones de plazo, extendiendo su finalización hasta el 28 de septiembre. A la fecha del informe, solo se ha ejecutado el 26,76 % del avance físico, cuando debió haberse llegado al 33,10 %. Esto evidencia que tampoco hay garantía de un cumplimiento de los plazos establecidos.
De mala calidad

La primera alerta lanzada por la Contraloría es la aparición de “cangrejeras” (huecos y vacíos en el concreto) en muros y vigas de los bloques 1 y 2 (aulas y depósitos) de la edificación. Este defecto se debe a mezcla de mala calidad y vaciado del concreto. Esto puede debilitar la estructura y acortar la vida útil del colegio. El reglamento nacional exige que estos errores sean detectados y corregidos por la supervisión técnica, situación que no ha ocurrido.
“Existe la presencia de cangrejeras en muros estructurales y vigas. Estas deficiencias son causadas por la segregación del concreto, a causa de deficiencia en el vibrado, en la calidad del agregado, pudiendo representar un riesgo para la integridad de la estructura al disminuirse la resistencia”, advierte el informe.
Esta deficiencia estructural lo advirtió una comisión de ente de control que inspeccionó in situ la obra el 3 de junio de 2025. Junto a este equipo técnico, también estuvo presente el inspector y supervisor de obra, conforme consta en el acta de inspección física número 003-2025-MDM-OC-SCC.
Cúmulo de fallas

La segunda observación se refiere al mal almacenamiento de materiales, como ladrillos apilados a gran altura y madera expuesta al sol y humedad. Además, la obra no mantiene orden ni limpieza. Esto representa un riesgo para los trabajadores que deben caminar entre escombros y restos de material. Estas observaciones contradicen las normas de seguridad en construcción.
A pesar de lo establecido en el contrato, que exige condiciones de seguridad adecuadas y orden en el área de trabajo, se encontró que los ladrillos excedían los 2.40 metros de altura permitidos y que la madera para encofrado estaba tirada en el suelo sin protección, pudiendo afectar su calidad e influir negativamente en la edificación.
La tercera situación adversa es alarmante: un trabajador no cuenta con el Seguro Vida Ley, obligatorio desde el primer día de trabajo. Esto deja al obrero sin cobertura en caso de accidente, enfermedad o fallecimiento. Lo que vulnera derechos laborales y expone a la municipalidad y al contratista a responsabilidades legales. Esto es responsabilidad directa de la empresa contratista, que no contrató el seguro para Hamilton Layme Tapia.
Hacen caso omiso

El ente de control también advierte que el contratista no corrigió estas fallas, pese a las normas vigentes que lo obligan a asegurar la calidad del concreto y la seguridad en la obra. Además, el supervisor, que debería verificar estos puntos, incumplió su función de control técnico permanente. Más aun cuando recibe sus honorarios por estos servicios que deberían detectarse.
El proyecto escolar contempla seis bloques que incluyen los siguientes ambientes: aulas, bibliotecas, comedor y servicios higiénicos. El objetivo del proyecto es mejorar la infraestructura educativa en Majes. Sin embargo, la ejecución deficiente amenaza con entregar un colegio con problemas estructurales y posibles sobrecostos.
La entidad ejecutora es la Municipalidad Distrital de Majes, bajo el mando de Jenry Huisa Calapuja, que también contrató al Consorcio Supervisor Las Gardenias, responsable de fiscalizar los avances. Ambos tienen la obligación de corregir y responder ante estas irregularidades. El dinero público invertido en educación debe garantizar espacios seguros y duraderos para los niños y niñas de la zona. Construir mal, sin orden ni supervisión, es malgastar recursos que no sobran.
Finalmente, la unidad contralora recomendó que la entidad y el contratista tomen medidas inmediatas para corregir los errores y garantizar el cumplimiento del contrato. Si no se actúa pronto, esta obra podría convertirse en otro caso de infraestructura educativa deficiente con varios riesgos a futuro.