Por Christiaan Lecarnaqué Linares
SINOPSIS
Ambientada cinco años antes de los eventos de la película Rogue One, la serie sigue al espía Cassian Andor durante los años de formación de la Alianza Rebelde. La serie muestra la transformación de Andor, un ladrón que se convierte en revolucionario y finalmente se une a la Rebelión contra el Imperio Galáctico.

La segunda temporada de Andor no parece una historia del mundo de Star Wars. Las historias contadas en estos 12 episodios no se quedan con el espectáculo ni con personajes extraños, sino que ofrecen un juego de poder interesante ejercido con estrategia y represión.
Si alguna vez George Lucas quiso abordar el lado político de Star Wars, como en La venganza de los sith, la segunda temporada de Andor lo ejecuta, y de una manera brillante, sin maquillajes.
Un juego de espias
Hasta el capítulo seis hay estrategia en los bandos imperiales y rebeldes. Por un lado, los agentes del Imperio desarrollan un plan para poner una trampa a los rebeldes y capturar a sus principales líderes. Mientras que los activistas recurren a su sistema de espías para descubrir qué planea el Imperio.
En ese sentido, en los tres primeros episodios hay un juego interesante de espías donde aparentemente nadie sabe para quién trabajan, ni nosotros, generándose un clima de desconfianza.
Los mejores episodios
Todo ello genera una tensión que estalla en los capítulos ocho y nueve, los más espectaculares de esta temporada. En estos episodios se evidencia el poder perverso del Imperio, que no tiene reparos en atacar a sus ciudadanos con armas sofisticadas y potentes.
La aparición de los droides simplemente lleva al clímax toda la temporada de Andor, con su rapidez, frialdad y crueldad para sacarse cualquier obstáculo de encima. Esta presencia permite conocer el origen de uno de los droides presentados en Rogue One.
Pero esta no solo es una demostración del poderío imperial, sino también de los pocos límites que tiene para mantener su poder. Detrás de esta operación hay un plan maquiavélico que busca proyectar una imagen equivocada de los defensores de la libertad.
Una historia de rescate diferente
Sin embargo, también resulta interesante la propuesta de los episodios diez y once, en que capturan a uno de los principales líderes rebeldes. Este personaje opta por morir antes que caer en manos de los totalitarios.
Pero enriquece este momento la aparición de una de sus aliadas quien aparentemente va en su rescate. Ese auxilio, sin embargo, se profundiza con una historia paralela que ayuda a conocerla mejor y entender su decisión final.
El epílogo simplemente ubica fichas y deja más intrigas con miras a una tercera temporada. En esta seguramente abordarán la construcción de una de las armas letales y fascinantes del Imperio de Star Wars.
Política en guión y vestuario
El guion de esta temporada plantea bien esta lucha por la libertad, donde hay avances y mártires. Evidentemente, hay un subtexto político, y a través del vestuario es fácil identificar a los imperiales con trajes nazis. En tanto los rebeldes aparecen con un estilo francés similar a la resistencia ocurrida durante la ocupación de Francia en la Segunda Guerra Mundial.
La historia se ejecuta mejor con la buena dirección de los capítulos ocho y once. En estos episodios se observa la extrema mano dura ejercida por el Imperio. En ese sentido, aflora la ética y moral en uno de los imperiales, mientras los rebeldes entienden que la libertad tiene un costo.
Dentro del universo de La guerra de las galaxias se han rodado buenas películas y series, y Andor es una de ellas. Gracias a esta reinvención la fuerza nos acompaña desde los años ’70 contando una historia apropiada para estos tiempos que quieren recortar nuestra libertad.