Javier Huaraya y Roberth Orihuela
La semana pasada, Revelación.pe expuso cómo un grupo de consultores se ha hecho con los proyectos de saldo de obra para los cuatro hospitales que el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) ejecuta en Chala, Cotahuasi, Camaná y Maritza Campos. El común denominador es el empresario español Antonio Sánchez-Horneros Gómez y la exministra de Salud, Rosa Gutiérrez Palomino, como presunta actora política que «gestionó» dichas contrataciones en favor de lo que hemos denominado «El Club de los Consultores de Salud». Todo con el conocimiento, de acuerdo a fuentes de este medio, del propio gobernador Rohel Sánchez.
El caso ya ha provocado, al menos, la atención de algunos consejeros de oposición y otros oficialistas. Incluso han anunciado que investigarán las conexiones de los empresarios o consultores con quienes los van a supervisar o «fiscalizar». Además, el gerente regional de Control —de la Contraloría—, Samuel Rivera Vásquez, anunció que iniciaron una investigación sobre la denuncia de Revelación.pe. Reacciones que aplaudimos, y esperamos que concluyan en transparentar mejor las consultorías que deberían promover la culminación de los hospitales que por casi 10 años la población sigue esperando.
Pero las irregularidades en este «Club de Consultores» no quedan en las conexiones entre consultores y supervisores. Este medio pudo comprobar que el Consorcio Maritza Proyecto, contratado para el saldo de obra del hospital Maritza Campos, estaría cometiendo tremendas irregularidades en lo que respecta a quién lidera el equipo técnico contratado para elaborar los distintos componentes del nosocomio.

Una pseudoingeniera
El 28 de agosto del año pasado, el equipo técnico del GRA, el propio Rohel Sánchez y hasta la exgerente general de la región, Norma Mamani, se reunieron con el equipo técnico del Consorcio Maritza Proyecto con el fin de que estos expongan los avances en el expediente del saldo de obra del hospital Maritza Campos. De acuerdo al material fotográfico que el gobierno regional publicó sobre la reunión, se puede ver que el equipo técnico del consorcio está encabezado por Enid Rossell Mercado. Además, del personal clave, que el consorcio consignó en su propuesta económica, solo se puede ver al especialista en arquitectura Carlos Huerta Rosales. El resto del personal de la empresa no se puede identificar en las tomas fotográficas.

De acuerdo a la propia Enid Rossell, ella acudió a dicha reunión, y otras adicionales que ha mantenido en diferentes ocasiones con el equipo técnico del GRA, en calidad de «gerente» del consorcio. Sin embargo, de acuerdo a la estructura de costos que presentaron para ganar la licitación del saldo de obra del hospital Maritza Campos, ese puesto no existe. El perfil de más alto rango es el de «Jefe de proyecto». El mismo que corresponde a la arquitecta Clotilde Espinoza Zanabria. Así lo consignó el propio consorcio.
El problema es que en el registro de visitas del GRA, Clotilde Espinoza no aparece: nunca ha pisado la sede regional. La única que figura con ingresos a la región es Enid Rossell en enero, marzo y abril de este año, oficialmente. Las dos últimas visitas fueron a la oficina de Supervisión de Inversiones y Transferencias del GRA, el 21 y 24 de abril.
Otro indicio de las irregularidades que la gestión de Rohel Sánchez está cometiendo sobre el registro de quienes ingresan a la sede regional es que la reunión del 28 de agosto del año pasado no fue registrada oficialmente en el libro de visitas.
El otro problema, y más grave, es que Enid Rossell no ostenta ningún título profesional. No tiene ninguna especialización; y así y todo tiene reuniones «técnicas» con el personal del GRA y hasta con el propio gobernador. Sin embargo, la propia «gerente» del consorcio asegura que ello no representa ningún problema, porque, dijo a este medio, ella no expone, solo coordina.

Pero eso no es lo que indican fuentes de algo rango al interior del gobierno regional: Enid Rossell es la «ingeniera» que está «liderando el equipo del hospital Maritza Campos». En enero, incluso, participó de la visita técnica al hospital Maritza Campos junto a miembros del GRA y de la Contraloría. Es más, el propio consorcio supervisor del saldo de obra la reconoce como «la ingeniera Enid». Así lo señaló en su momento Omar Rojas Lazo, representante del mismo. Otras fuentes señalan que también sería operadora del empresario español Antonio Sánchez-Horneros.
Consorcio en silencio
Este medio acudió a Lima para buscar al Sánchez-Horneros. La secretaria del empresario señaló que el representante legal no se encontraba, pues acababa de llegar de un viaje a Ayacucho y estaba alistándose para otro. Dejamos nuestro contacto para que resuelvan nuestras dudas, sobre todo el vínculo con Rosa Gutiérrez, Enid Rossell y sus conexiones con otros consorcios del resto de hospitales. Pero hasta ahora no se han comunicado.

Respecto al Consorcio Maritza Proyecto, acudimos a su oficina en el distrito de San Isidro, a lado de la comisaría de ese distrito. Allí tampoco nos atendieron. Desde la recepción del edificio nos comunicaron con Javier Camacho, contador del consorcio. Este nos indicó que en la oficina no había nadie y que toda entrevista se realizaba previa coordinación. También dejamos nuestro contacto.
Luego buscamos a Enid Rossell Mercado en su casa. No la encontramos, pero a los minutos nos llamó. La pseudo ingeniera aceptó que no tiene ninguna profesión, pero que fue convocada como «gerente» del Consorcio Maritza Proyecto. Además, confirmó que no puede acreditar la legalidad de su cargo, porque «en los consorcios, los cargos de gerencia no se registran ante Registros Públicos», dijo. Respecto a las reuniones que tuvo en el gobierno regional, señaló que ella no participa activamente, sino que va con los especialistas y solo realiza trabajos de coordinación con los funcionarios del gobierno regional.

Más indicios de «probable acuerdo»
Al respecto, Jorge Sumari advierte que al no haber un vínculo legal claro, Enid Rossell o el Consorcio Maritza Proyecto deben acreditar cuál es la situación de dicha persona. «Que presenten el documento donde la acreditan para acudir a las reuniones. Porque hay un riesgo al tener a una persona para reuniones técnicas que no está preparada adecuadamente. Su presencia puede generar distorsión, porque estaría asumiendo funciones que no le corresponden», argumentó.
Sumari señaló que al no estar debidamente acreditada, Enid Rossell no podría asumir compromisos que incurran en responsabilidad del consorcio. Además, en este tipo de proyecto lo que se necesita, dijo el especialista, es un profesional solvente que asuma compromisos técnicos y que «este preparado(a) adecuadamente».

En tanto, para el consejero César Huamantuma, la presencia de Enid Rossell sin que el supervisor advierta su falta de expertise profesional, es una muestra del «probable acuerdo entre las empresas que han ganado los saldos de obra con la supervisión». «Esto es lo que sucede cuando no tienes un supervisor independiente al ejecutor», añadió.
Huamantuma explicó que el consorcio supervisor debería ser quién haga cumplir la propuesta económica y la estructura de costos del consorcio que ejecuta. En este caso el que está elaborando el saldo de obra del hospital Maritza Campos. «No tiene cargo en la estructura del proyecto, cualquier coordinación debería hacerse solo con el jefe del proyecto. ¿Cómo le pagan?», cuestionó. Añadió que también hay responsabilidad en los funcionarios del área de proyectos e incluso en la gerencia regional de Infraestructura del GRA. Esto porque ellos también deberían acreditar debidamente al personal del consorcio con quienes se reúnen.

El consejero apuntó que la Contraloría debería indagar también este aspecto. Porque la presencia de Enid Rossell pone en duda la calidad del expediente del saldo de obra. Anunció que junto a otros legisladores regionales plantearán la instalación de una comisión investigadora para indagar sobre el «Club de Consultores de Salud».