Siempre hemos dicho, y muchas autoridades también —sobre todo en campaña, como el propio gobernador Rohel Sánchez— que la base de una democracia es la libertad de prensa y la libertad de expresión. Sin prensa que fiscalice al poder de turno no hay forma de garantizar un gobierno transparente y respetuoso en el uso de los recursos y del poder político que adquiere. Es una teoría muy bonita, pero que en la práctica siempre ha sido difícil para las autoridades respetar y hacer cumplir.
Generalmente quienes son reacios a la presencia de la prensa son funcionarios «técnicos» o las portátiles. Quienes prefieren no declarar o en el peor de los casos incluso insultan o amenazan a los periodistas y hasta a pobladores. Pocas veces se ha visto a profesionales de imagen institucional haciéndolas de escuderos físicos de las autoridades. Así como el caso de Olga Escudero, la jefa de Imagen Institucional del gobierno regional, no hemos visto.
Eso de arranchar carteles a manifestantes en un evento cerrado con presencia de autoridades regionales y con todas las cámaras apuntando, o de enfrentarse de boca y hasta casi con las manos con padres preocupados por sus hijos con cáncer es sui generis; al menos en Arequipa. Peor viniendo de una profesional cuya premisa de su orden profesional (valga la redundancia) es la protección de la libertad de expresión y la libertad de prensa.
Y eso no es lo único que Olga Escudero hace; al menos es lo que se ve. Pero también atenta contra la libertad de prensa. A periodistas de este medio ha vetado de los grupos de difusión de prensa que hay en redes sociales como Whatsapp. A pesar de que le hemos solicitado amablemente que nos agregue. También nos ha bloqueado las llamadas. Lo que, repetimos no nos molesta, pero sí preocupa. Sabemos de otros colegas que sufren lo mismo porque, consideramos, no se alinean a la gestión del gobernador.
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Preocupa porque esa no debería ser la actitud de un jefe de imagen de una institución pública, y más aún de la máxima entidad de Arequipa, como es el gobierno regional. Preocupa porque nos parece que está reduciendo su gestión como jefa de imagen, a un grupo de amigos. Cuando su función es intermediar para que los medios de prensa puedan obtener información oficial del gobierno regional. Su función no es proteger o esconder o arranchar, su función es facilitar la libertad de expresión y de prensa en la medida de lo posible al interior del gobierno regional.
Porque esa información no es para nosotros; no nos la guardamos. Es para la población, más del 30% que votaron por Rohel Sánchez y el otro 70% que esperaba una gestión de primera, pero solo está decepcionándose más día con día.




