Por Huber Valdivia Pinto. Asesor y Consultor

Cada vez es son frecuentes las consecuencias de la escasez de agua por efecto del calentamiento global y/o Fenómeno del Niño. Y los esfuerzos que hace la humanidad son muy limitados, como si nos resignamos a tener menos agua y menor producción de alimentos. Sin tomar conciencia sobre las consecuencias para el vital consumo de agua para la población.

Cuando mencionamos ahorro, muchos asociamos al manejo del agua con el riego por goteo, que no discutimos su eficiencia, pero esta alternativa, por su costo, esta muy lejos de un empleo masivo. La relación de inversión es de 1 a 10. Verbigracia, el Gobierno, a pesar de su esfuerzo, en los últimos años no ha superado las 2 mil has/año de implementación de este tipo de riego. Entonces, solo para irrigar por este sistema con un millón de hectáreas, tendríamos que espera 500 años. Y más si consideramos que en el país se tiene algo menos de 2 millones de hectáreas bajo riego.

Tenemos dos alternativas para una ejecución a corto plazo, y sin mucha inversión 

  1. Tecnificar el riego tradicional, por gravedad, con el empleo de técnicas adecuadas del manejo de agua, conociendo su suelo y mejorando la aplicación de agua a nivel parcelario y uso de canales revestidos. Además de un buen sistema de compuertas con un reparto de agua en melgas o surcos, determinar el caudal no erosionable, y frecuencia o cantidad de agua aplicarse. Con esto se puede subir de una eficiencia del 30% al 50 %. Y no necesariamente para ampliar el área agrícola, si no para ofrecer mejor y más agua a las plantaciones, que al final va a representar un mayor rendimiento y producción.
  2. Con cultivos de mejor eficiencia evapotranspirativa. Cada cultivo tiene su característica para que pueda convertir el recurso hídrico que se le proporciona en materia seca. En un extremo tenemos a la alfalfa, que para producir una tonelada de materia seca, tiene que transpirar 1,000 m3. Es campeona transpirando. Y siguiendo con los forrajes, el maíz forrajero y el sorgo con tasas de 600 y 400 m3. Por otro lado, tenemos otras especies como los frutales, donde muchas de estas son caducifolias. Caso de la vid, que, en un estudio de hace muchos años, algunos investigadores, concluyeron que según las variedades Malbeck y Semillón, alcanzaban una reconversión de 405 y 395 m3 para producir una tonelada de materia seca. Otro cultivo a tomar en cuenta, es la papa con 560 m3 para producir una tonelada de materia seca.

Insistimos en el ahorro de agua, recordando que vivimos en una zona árida y con las amenazas del Fenómeno del Niño. En Arequipa, y en muchas regiones del sur del Perú, hay registros históricos, que en diciembre del año 1983, las represas llegaron a almacenar 4.3 Millones de Metros Cúbicos (MMC) y en noviembre del 1992 a 9.1 MMC.  

Y no eran efectos de menor número de represas, simplemente no hubo lluvias. Para comparar, al cierre de este año 2024, se tenía 207.7 MMC. Pero nadie nos garantiza que esta oferta de agua por efecto de las lluvias continúe siempre. En el año 2014, con todas las represas operativas solo se cerró el año con 75 MMC. Luego de las lluvias 2025, estamos por encima de los 420 MMC.

Ante estas circunstancias es necesario políticas claras de los organismos estatales para desarrollar la cultura del buen Uso del Agua, y no se convierta en “cliche”. Para que cuanto tengamos el problema encima no empiecen recién con el correteo y las declaratorias de emergencia.