El Parlamento de Serbia se convirtió este martes en el escenario de un caos sin precedentes. Diputados de la oposición lanzaron granadas de humo y gases lacrimógenos en plena sesión. Esto como protesta que dejó al menos tres heridos de gravedad, uno de ellos en estado crítico. Los incidentes ocurrieron mientras la coalición gobernante, liderada por el Partido Progresista Serbio (SNS), intentaba avanzar con su agenda legislativa.
La tensión estalló cuando varios legisladores de la oposición abandonaron sus escaños y se enfrentaron a los guardias de seguridad. Otros lanzaron granadas de humo, llenando la Cámara de humo negro y rosa. Las imágenes transmitidas en directo por la televisión mostraron el desconcierto y la confusión en el hemiciclo. La presidenta del Parlamento, Ana Brnabic, confirmó que tres diputados resultaron heridos. Uno de ellos Jasmina Obradovic, del SNS, quien sufrió un derrame cerebral y se encuentra en estado crítico.
Brnabic se negó a suspender la sesión, declarando que el Parlamento «seguirá trabajando y defendiendo a Serbia». Tras disiparse el humo, los diputados de la coalición gobernante continuaron debatiendo, mientras los opositores silbaban y hacían sonar bocinas. Cerca de las 14:00, las granadas volvieron a estallar, llenando nuevamente la sala de humo. En un acto de provocación, el diputado Radomir Lazović, del ZLF, activó un extintor y esparció polvo blanco sobre los miembros del Gobierno.
Los diputados de la oposición portaban pancartas con mensajes como «huelga general» y «justicia para los muertos». En referencia a las 15 personas que fallecieron el 1 de noviembre tras el derrumbe del tejado de una estación de tren en Novi Sad. Este incidente desencadenó una ola de protestas que rápidamente se transformaron en un movimiento masivo contra la corrupción y las políticas del Gobierno del presidente Aleksandar Vucic.
Mientras el caos se apoderaba del Parlamento, cientos de manifestantes se congregaron frente al edificio en un silencioso homenaje a las víctimas de la tragedia de noviembre. Las protestas, que llevan cuatro meses en las calles, han convertido a los estudiantes en uno de los principales actores de la oposición. El 15 de marzo está convocada una gran manifestación en Belgrado, que promete aumentar la presión sobre el Gobierno.
La coalición gobernante ha acusado a las agencias de inteligencia occidentales de intentar desestabilizar Serbia y derrocar al Gobierno apoyando las protestas. Mientras tanto, el Parlamento tenía previsto aprobar una ley para aumentar los fondos destinados a las universidades, una de las principales demandas de los estudiantes que bloquean las facultades desde diciembre. También se esperaba que la Cámara tomara nota de la dimisión del primer ministro, Milos Vucevic, presentada el pasado 28 de enero.