Todos los años hay un lapso de días en los que las lluvias desbordan lo normal y llegan a causar serios daños; ya sea en la ciudad o en el resto de provincias, siempre se reactivan los huaycos, siempre se desbordan los ríos, siempre se destruyen las días y siempre hay que llorar algunos muertos y más aún cuando son niños.
¿Quién se hace responsable? Regularmente nadie. Ninguna autoridad local, ni mucho menos el gobernador de turno. Son tragedias que pasan, es la declaración más común entre todos. Sin embargo, sí hay responsables y la ley los señala. Empezando por las cabezas. En el ámbito de los municipios distritales y provinciales son los alcaldes los encargados de desarrollar proyectos de mitigación en sus jurisdicciones y de acuerdo a sus recursos. Y en el ámbito regional es el gobernador. En este caso Rohel Sánchez, el principal responsable de todos lo que ocurre en las lluvias, lo bueno y malo.

La ley es clara
Y no lo dice este medio, sino la Ley 29664, la que señala, en su artículo 14.2 «Los gobernadores de los gobiernos regionales y los alcaldes son las máximas autoridades responsables de los procesos de la Gestión del Riesgo de Desastres dentro de sus respectivos ámbitos de competencia. Los gobiernos regionales y gobiernos locales son los principales ejecutores de las acciones de gestión del riesgo de desastres».
Además, de ello, el Consejo Regional tiene la facultad de sancionar al gobernador por no cumplir la norma de prevención y mitigación del riesgo de desastres. Así lo señala el artículo 21 de la Ley 29664: » La imposición de sanciones a gobernadores regionales o alcaldes, está a cargo del Consejo Regional o Concejo Municipal, según corresponda, bajo responsabilidad, y, en atención al pedido del órgano rector del SINAGERD. Dicho pedido debe precisar la función o funciones que hayan sido incumplidas por la autoridad regional o local», dice.
Por tanto, es claro que el gobernador y su gerente de Gestión de Riesgo de Desastres, José Barrezueta, deberían ser sancionados por el pleno regional. Esto porque no cuentan con el Plan de Contingencia para la Gestión del Riesgo de Desastres para el 2025. Así se puede comprobar al ingresar al portal web del gobierno regional, donde apenas está colgada la resolución de aprobación del mismo plan, pero para el periodo 2023-2024.

Región sin plan
El consejero César Huamantuma, señala que en diciembre del año pasado Barrezueta debió presentarse ante el pleno reigonal para exponer su plan de contingencia, pero no fue. «Como siempre, arguyó que tenía que atender otras gestiones y no fue. Luego ya no se le ha podido volver a citar, pero vamos a hacerlo. Aunque seguro volverán a escudarse con que están llevando ayuda para las zonas afectadas. Veremos el tiempo pertinente para que de explicaciones. Y porqué no, el gobernador», señaló Huamantuma a este medio.
El especialista en gestión de riesgo de desastres, Carlos Burga, señala que la responsabilidad principal de no contar con un plan de contingencia es del gobernador. Pero también explica la importancia de este documento. En pocas palabras, el documentos señala las zonas vulnerables ante cualquier tipo de desastre; en este caso por las lluvias. Luego propone medidas de mitigación del posible daño y finalmente, cuando ya ocurre la contingencia, propone medidas de reacción; es decir, el envío de ayuda.
Sin embargo, el envío de ayuda debería ser algo extraordinario. Ya que si se cumpliera la norma, el gobierno regional debió haber realizado obras de mitigación durante todos los meses de estiaje. De esa forma no tendríamos porque llorar por la pérdida de bienes o de vidas humanas. La Ley 29664 señala en su artículo 14.5 que «Los gobiernos regionales y gobiernos locales ponen especial atención en el riesgo existente y, por tanto, en la gestión correctiva». Es decir, deben poner énfasis en la mitigación del riesgo de desastres.

Apagando incendios
«Sin embargo, vemos al gobernador tomándose fotos al borde de los ríos, que están a punto de colapsar, prometiendo ayuda. Así no es el trabajo. ¿Qué se hizo durante todo el año? El gobernador debería hacerse responsable y exigir a su gerente que desarrolle el plan de contingencia. Pero es difícil que la gerencia lo haga porque no hay personal capacitado. Entonces se debió contratar una consultoría externa y desarrollarlo. Pero tampoco se hizo. Lo único que están haciendo es apagar incendios», añade Burga.
Y no es que haya una gran ciencia detrás. Los lugares donde se desbordan los ríos son conocidos. Lo mismo pasa con los caudales de las torrenteras. Si bien es cierto el gobierno regional no puede detectar todas las zonas de riesgo, sí tiene la función de articular y trabajar de la mano con los municipios locales. Y proveer recursos o maquinaria para el trabajo de mitigación. El problema es cuando no hay voluntad ni política de prevención.
El mejor ejemplo de la falta de visión y de prevención es el distrito de Tauría, en La Unión. Hace una semana entró un huayco que afectó tremendamente a la población . Y el alcalde Allan Llamoca Nina denunció que había solicitado ayuda al gobierno regional para realizar labores de mitigación. Ni el gobernador ni sus funcionarios hicieron caso y la tragedia ocurrió finalmente.

¿Acaso allí no hay una falta? La Ley señala sanción ante estas evidentes negligencias y omisiones. El pleno regional tiene las armas para sanciones ejemplarmente al gobernador y a su gerente de Gestión de Riesgo de Desastres. Pero que la usen ya es otro tema.
Para esta nota intentamos conversar con el gerente José Barrezueta, pero su teléfono estaba pagado. ¿Quizás apagando algún incendio o mejor —parchando filtraciones y torrenteras—? Le dejamos un mensaje, pero hasta el cierre de esta nota no respondió.