Escribe Federico Rosado*

¿Alguna vez tuvimos buenas autoridades en Arequipa? Si nos ceñimos a la ciudad, la respuesta es afirmativa. Sin la subjetividad cultural, vivimos en el territorio más importante del sur del Perú, si no porque la migrantes nos prefieren.

El centro histórico arequipeño, que es patrimonio cultural de la humanidad, es el mejor testimonio de que el azar no fue el autor; la misma plaza de armas con una imponencia que evidencia la huella de la inteligencia y talento.

El mejor antiejemplo lo tenemos ahora mismo en una calle reasfaltada por enésima vez, que tendrá una próxima remodelación y cuya culminación demorará más de medio año; que, por supuesto costará ni siquiera el doble, si no el triple o cuádruple.

Hagamos un esfuerzo de memoria. ¿Cuál ha sido el mejor alcalde provincial? ¿El mejor presidente o gobernador regional? ¿El mejor alcalde de su distrito? Para qué preguntar por los congresistas.

¡Qué pasó Arequipa! Hojeando «Guía histórica de la provincia de Arequipa» de Espinoza, Tacca y Tomasio, reciente libro patrocinado por la Universidad Católica de Santa María y la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa, siento una profunda decepción.

Sí, todos somos culpables, por acción u omisión.

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Dejamos que mediocres con hambre de corrupción irrumpan con total impunidad, mientras el caos, la delincuencia, la ausencia de futuro propician la fuga de jóvenes que no encuentran oportunidades; dejamos hacer y pasar por esa indiferencia que liquida toda probabilidad de esperanza.

Escuchaba a un potencial candidato, y con una posición madura, decía que si hubiera un pacto incluso él aceptaría que otra personal postulara; admito mi incredulidad, no de que se retiraría, era por el pacto.

Quisiera equivocarme, que no es cierto que no nos interesa Arequipa, que por lo menos veré el inicio de una promesa que el poeta Polar la escribió “No se nace en vano al pie de un volcán”.

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¿Cómo es que estas cosas pueden pasar? ¿Son tan tontos? ¿Qué piensan, que nadie se va a enterar que trabaja en el gobierno regional y que tienen una hija? La respuesta es sencilla: Se creen invulnerables.