El gobernador Rohel Sánchez piensa que acusando sin nombres se libra de alguna reacción de la prensa o la población. Como no digo a quién me refiero entonces nadie me puede acusar, piensa seguramente. Lo que muestra su cobardía para afrontar los problemas en su gestión y a las críticas fundamentadas de algunos medios de comunicación.
Y como ya son muchas, entonces recurre a otras armas. El amedrentamiento judicial es una de las más fáciles. Y así ha accionado contra un par de colegas periodistas radiales. No damos sus nombres por solicitud de ellos, pero seguro pronto lo harán conocer. Los ha querellado. Los motivos concretos no los tenemos. Pero el mensaje es claro. Les quiere meter miedo y no solo a ellos, sino a toda la prensa libre y seria de Arequipa.
Es pues la típica del político que no se come el pleito. El que piensa que la prensa y la gente en general debe ovacionarlo porque disque está haciendo inversión. Y al contrario, pide que se haga noticia de sus inauguraciones y primeras piedras. Porque no hablar de eso es desinformar.
Le recordamos señor gobernador, que para cada obra hay un presupuesto de comunicaciones. Y que su gestión tiene pauta publicitaria con varios medios, digitales, radiales, etc. Exíjales a ellos que hagan llegar su mensaje “positivo” a todos los rincones de Arequipa. Los medios no estamos para hacerle la mermelada.
Volviendo a la demanda contra los colegas. Esperamos que el gremio periodístico alce su palabra, al menos como protesta. No solo por la demanda contra los colegas, sino también porque vuelve a tirar barro sin decir nombre. ¿Dónde quedó esa investigación que anunció Rohel Sánchez cuando acusó que había periodistas y medios que lo extorsionaban?
No decimos que Sánchez no pueda tener razón sobre su demanda. La justicia lo dirá. Pero si el gobernador no aguanta las críticas, los reportajes sobre sus funcionarios cuestionados, las obras mal hechas, las licitaciones irregulares, sus familiares influyendo en la región, los amigos o los “ahijados” haciendo el tarjetazo para conseguir trabajo en su gestión, entonces retírese de la política. Vuelva a las aulas, donde seguro nadie lo cuestionará.