¿Qué temor puede calar en el gobernador Rohel Sánchez? Si en Arequipa no pasa nada. El Ministerio Público, cuya función es investigar los supuestos actos de corrupción que se denuncian, ya sea de la ciudadanía y la prensa, va a paso más que lento. A veces incluso parece que camina hacia atrás. Hasta ahora el fiscal Arturo Valencia Paiva no ha realizado ningún operativo en el gobierno regional para recabar información sobre la contratación de Maira Paz, conviviente del hermano del gobernador.
A ese paso ocurrirá lo mismo que con Luz Marina Zeballos y sus chats donde ordenaba la contratación de “amigos” en la región. La Fiscalía hizo el montaje del operativo 6 meses después y no encontró nada. Y luego nos enteramos, por propia boca de Luz Marina, que los celulares se los habían robado. Entonces, por falta de pruebas el caso se cayó. Que tal concha.
Eso por el lado legal. Y por el lado político es peor.
El martes pasado notamos un Consejo Regional que poco más le pone una alfombra roja y pétalos de rosas a Rohel Sánchez. El gobernador sigue en campaña, es claro. Y se notó en su exposición. Los que se perdieron su rendición de cuentas del mes pasado, pudieron verla de nuevo y en repetición el martes. Lo mismo: promesas, demagogia, millones y millones. Pero nada concreto.
Lo peor vino en la etapa de preguntas. Ningún cuestionamiento. Puras echadas, puros “por favor”, “ayudenos”, “sabemos que hace su mejor esfuerzo”. Una vergüenza por todos lados. No se vio énfasis en nada. Si algún consejero hubiese querido ponerlo contra la espada y la pared, ese era su momento. Pero lo desaprovecharon.
Hablo por todos. Porque el Consejo Regional es un colegiado. Ni siquiera el presidente del pleno Fernando Cornejo Pacheco. Otro adulador. Una vergüeza.
Por ahí escuchamos al consejero Juan Carlos Huanca decir que “para qué investigar en el consejo regional” al gobernador. Desde aquí le recordamos que una de las funciones del Consejo Regional, aparte de los paseítos y los actos protocolares, es el de fiscalizar. No es facultativo, no es si quiero. Es su obligación. Si no lo hacen, entonces es omisión y eso es un delito.