Expediente presentado por grupo de arquitectos e ingenieros a la UNSA para el mejoramiento de la escuela de Ingeniería Química deja mucho que desear. La Contraloría encontró deficiencias graves que incluso luego de ampliarles el plazo de entrega no resolvieron.
La Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) está en pleno proceso de elaboración del expediente técnico para el Mejoramiento del servicio de pregrado en la escuela profesional de Ingeniería Química. Para ellos contrataron al Consorcio Centurión, integrado por las empresas Manticore Inversiones EIRL y Jhonatan Erick La Torre Durand. Sin embargo, la Contraloría encontró serias deficiencias en los entregables 2 y 3 del expediente técnico, señalándolas como incoherentes y con información incompleta.
Dato curioso, Manticore Inversiones EIRL la misma persona. Además, La Torre es arquitecto egresado de la UNSA en 2022 y con maestría en México en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos. Además, lo acompañaron el arquitecto Aldo Miguel Caballero Rivera como especialista en arquitectura, el ingeniero civil Carlos Miguel Chirinos Bejarano como especialista en estructuras, el ingeniero Edson Fredy Mamani Machaca como especialista en instalaciones eléctricas. Todos de la UNSA. Y el ingeniero Angel Gabriel Belizario Acarapi de la Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. Pero parece que solo son cartones que inflan su curriculum, porque lo que presentaron a su alma mater deja mucho que desear. Veamos.
Entregables incompletos e incoherentes
El proyecto fue adjudicado en diciembre del 2023 al Consorcio Centurión por un monto de S/ 248 mil para ser entregado en 90 días calendario luego de la firma del contrato. Este plazo finalizaba el 8 de abril de este año. Pero el documento tenías muchas falencias. Recién el 24 de julio los funcionarios de la UNSA decidieron ampliar el plazo de entrega del expediente por 35 días más. Este venció el 27 de agosto, pero de todas formas el expediente sigue incompleto.
De la revisión que hizo la Contraloría al segundo entregable se encontró que no se tiene el Plan de Contingencia aprobado por la UNSA ni tampoco el presupuesto para su implementación. El proyecto arquitectónico también está incompleto pues no señala la ubicación de cisternas y tampoco las juntas sísmicas. Tampoco los planos de trazados para las estructuras, no existen detalles de la distribución de las vigas de cimentación, de las estructuras de las escaleras y un montón de otras observaciones.
Y del tercer entregable la situación es peor. Y es que en la sección de consolidación del presupuesto del proyecto, presentaron el presupuesto para una obra pero de un colegio inicial y primaria, «que no corresponden al proyecto», advierte la Contraloría. Tampoco, nada del costo directo que incluye el presupuesto desagregado, el presupuesto de la obra o valor referencial por componente, nada de la relación de insumos. Menos del costo indirecto y ni siquiera la presentación 3D y en video del proyecto. En resumen, una desgracias de expdiente.
Incompatibilidades y faltantes
Para colmo, se halló incompatibilidades entre la arquitectura del sótano y la del primer piso, porque algunas columnas no muestran continuidad. Las columnas que salen del sótano terminan en pazadizos e incluso puertas en el primer piso.
Tampoco presentaron el respectivo Estudio de Impacto Ambiental del proyecto. Esto, señala la Contraloría, podría provocar afectaciones ambientales en el momento de ejecución de la obra en la escuela profesional de Ingeniería Química. Y peor aún, el expediente se presentó sin un estudio de suelos, lo que provocaría que cuando se ejecute se haría en un tipo de cimentación diferente al esperado. Y por tanto modificaciones contractuales.