El ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, protagonizó una accidentada conferencia de prensa en Arequipa, donde evitó responder con claridad a las preguntas sobre las protestas anunciadas y mostró un visible malestar frente a los cuestionamientos de los periodistas.
En una atropellada y poco clara declaración a la prensa, que duró poco más de un minuto, el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, respondió a los opositores del proyecto Tía María, quienes anunciaron un paro de 72 horas para los días 21, 22 y 23 de octubre.
Mucho visitó Arequipa en el marco de su participación en el Congreso Anual de la Región Arequipa, que se lleva a cabo este 3 y 4 de octubre en las instalaciones del Club del Abogado.
Conferencia accidentada
El ministro intentó defender la decisión gubernamental de impulsar el proyecto Tía María. Durante su breve interacción con la prensa, se le preguntó sobre las acciones que tomaría el gobierno frente al anuncio de nuevas protestas contra el proyecto. «Ya en el Perú se ha demostrado que proyectos que pensaban que iban a traer mucha contaminación han traído más bien progreso». En ese instante, un periodista le repreguntó:
— ¿Cómo cuáles, señor Ministro?
— Generación de puestos de trabajo —respondió Rómulo Mucho, inexplicablemente exaltado.
— Pero el reclamo es ambiental, ¿no? En todo caso, ¿no son importantes estas protestas? —lo increparon nuevamente.
A punto de perder los papeles, el ministro respondió:
— Tú siempre te vas por el otro lado, ¿no? Por el reclamo, tú reclamas —dijo, mirando desafiante a uno de los periodistas.
Sin respuestas claras
— Pero, ¿qué acciones va a tomar el gobierno frente al anuncio de las protestas? —insistieron los periodistas, sin dejarse intimidar.
— Hay un grupo de peruanos que vive en el pasado. Piensan en la minería de hace 40 años. Hablan de que va a afectar el valle, que va a quitar el agua a los agricultores. Eso no va a suceder —respondió Rómulo Mucho, ya visiblemente alterado.
— ¿Eso no es minimizar las protestas? —continuaron los periodistas.
— No, no hay que minimizar. Hay que escucharlos. Hay que casualmente «informarlos» —contestó, ya al borde de perder la paciencia, antes de retirarse del recinto del Club del Abogado. El personal de seguridad del Estado cerró la puerta para evitar que los periodistas lo siguieran.
La tensa interacción con la prensa dejó en evidencia las dificultades del gobierno para gestionar el diálogo sobre Tía María. Con visible malestar, Rómulo Mucho abandonó la sala, cerrando abruptamente una conferencia improvisada que, lejos de calmar los ánimos, terminó elevando la tensión. Mientras los periodistas se quedaron sin respuestas claras, las preguntas sobre las acciones del gobierno frente a las protestas y otros temas ambientales, como el origen del agua para la mina, quedaron flotando en el aire, alimentando aún más la incertidumbre sobre el futuro de Tía María.
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