La disputa por el liderazgo de la izquierda boliviana entre Evo Morales y Luis Arce se intensifica. Mientras Morales inicia una marcha hacia La Paz, Arce advierte que usará la ley para enfrentar cualquier intento de desestabilización.
La batalla política entre el expresidente Evo Morales y el actual mandatario Luis Arce ha alcanzado un nuevo nivel de tensión. Morales, junto a líderes «evistas» como el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, emprendió una marcha de varios días hacia La Paz. Esto con el fin de presionar para su candidatura en las elecciones de 2025. Mientras tanto, Arce ha advertido que actuará conforme a la ley para defender su gobierno y evitar la inestabilidad.
Mensaje de Arce
En un mensaje televisivo desde la Casa Grande del Pueblo, Arce lanzó un fuerte desafío a Morales, rechazando cualquier intento de desestabilización. «Aquí estoy, Evo, no me escaparé. Si quieres solucionar un problema, ven tú aquí, te espero», declaró el presidente, en referencia a las tensiones internas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS). La respuesta de Morales llegó a través de la red social X, defendiendo la marcha como «la respuesta de un pueblo cansado de un gobierno inconsciente».
La marcha de Morales, que cubrirá 189 kilómetros entre Caracollo y la Plaza Murillo en La Paz, tiene como objetivo derogar las barreras legales que impiden su candidatura. Se espera que finalice el 30 de septiembre, seguida de un «bloqueo general de caminos». Morales ha afirmado que su movimiento busca asegurar su participación en las próximas elecciones. De esa forma evitar lo que considera un intento de Arce de eliminar su candidatura.
Este conflicto no es nuevo. Hace tres años, Morales encabezó una marcha similar en defensa del gobierno de Arce, que en ese momento enfrentaba tensiones con la oposición en Santa Cruz. Sin embargo, las diferencias entre ambos líderes se han agudizado. Y Arce ha calificado a Morales de personalista, recordando su derrocamiento en 2019 y sugiriendo que Bolivia necesita «nuevos liderazgos».
El enfrentamiento ha generado bloqueos de carreteras en el altiplano, como la vía entre La Paz y Copacabana, donde un grupo de campesinos pide la renuncia de Arce y el adelantamiento de las elecciones. Aunque los manifestantes se describen como independientes, las autoridades los vinculan con el movimiento «evista». Algunos de estos campesinos han sido vistos portando armas de la Guerra del Chaco, lo que ha provocado que el gobierno los investigue por «terrorismo y alzamiento armado».
En medio de las movilizaciones, los seguidores de Morales presentaron un «pliego petitorio» al gobierno, con demandas principalmente económicas, pero con un enfoque central en la política: rechazan cualquier intento de referéndum para cambiar la Constitución y eliminar la candidatura de Morales. El gobierno respondió con una carta extensa, sin ofrecer concesiones, lo que anticipa que la confrontación continuará.