De aprendiz a maestro tornero

Walter Miranda, gerente de la pequeña empresa Macrotecnic, busca ingresar al mundo de la tecnología de punta en los próximos años

Hace 20 años, Walter Miranda Zeballos apostó por convertirse en un acucioso empresario tornero y pronto aspira a ser líder del rubro de metalmecánica en todo el Perú. Junto a su empresa Macrotecnic EIRL, que fundó en el año 2005, trabaja arduamente para mantener el legado familiar que le dejó su padre, de quien aprendió a crear y reparar sus primeras piezas metálicas.

Un largo camino

Desde su taller ubicado en la calle Alemania L-1D, en la Asociación Aptasa (Cerro Colorado), el maestro tornero, como lo llaman gentilmente sus clientes, cuenta que su historia tuvo su génesis en la década de los 70. En 1978 culminó sus estudios en el Servicio Nacional de Adiestramiento en Trabajo Industrial (SENATI). Empezó ganando experiencia en pequeñas fábricas orfebres que realizan herramientas de labranza.

“Comencé a trabajar en pequeños talleres y después me atreví a hacer cosas más grandes. Yo sabía que no podía quedarme así y por eso decidí tomar nuevos rumbos que me ayudaron a superarme”, relata Walter Miranda mientras nos muestra orgulloso algunas piezas fabricadas que en los próximos días serán distribuidas a los yacimientos mineros de las provincias de Camaná y Caravelí.

Como todo empresario, tenía una visión de superación. Por eso consiguió ser el tornero de la antigua fábrica de cervecería conocida como “La Dorada”. Una empresa de la que hoy ya no queda rastro. Luego continuó su camino hacia las aulas de la Universidad Católica Santa María (UCSM), donde se formó como economista. “Leí unos libros de superación y postulé a la universidad. Ahora soy economista y la razón de tener una carrera técnica y otra administrativa es porque siempre pensé en hacer empresa”, prosigue.

Walter Miranda estudió dos carreras con el fin de mejorar sus procesos y conocimientos. Foto: Javier Huaraya

Por circunstancias imprevistas de la vida, comenzó a desempeñarse como docente de mantenimiento de maquinaria pesada en los institutos Tecsup y SENATI. Ahí entabló sus primeras relaciones con las corporaciones de extracción de minerales, pues la mayoría de sus aprendices eran hijos de socios y mineros que operan en los socavones de Secocha y Chala. Ahora ha concretado la idea empresarial que tenía desde muy joven.

Walter tiene todo medido. Él es uno de los pocos que le hizo frente a la pandemia del Covid-19. Y es que el Coronavirus lamentablemente sepultó a sus competidores emergentes y cada vez más mineras comenzaron a requerir sus servicios de fabricación, repotenciación y mantenimiento preventivo de maquinarias. “Encontré una oportunidad en medio de la crisis. Otros no aguantaron y yo seguía trabajando. Los clientes recurrían a mí porque yo no paraba. Felizmente pude resistir. El Gobierno me dio un pequeño crédito y con eso logré subsistir”, añade.

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Innovación por delante

Hoy por hoy existen otras compañías afines, pero Macrotecnic ha desarrollado un nuevo modelo de negocio que los está llevando al éxito. Tras varios meses de pruebas y con gran ingenio, crearon sus propias máquinas de fabricación que les permite reducir costos. Así, evitan la tercerización de instrumentos mecánicos. Sin embargo, lo más importante, según Walter, es crear confianza logrando concretar sus trabajos en el tiempo previsto.

La innovación y cumplimiento de tiempos de Macrotecnic lo han posicionado en el mercado. Foto: Javier Huaraya

«Tenemos máquinas que otros no tienen, nosotros hemos inventado nuestros propios aparatos, vamos innovando cada día. En esta vida tenemos que ser disciplinados, yo siempre cumplo y por eso genero confianza y credibilidad”, refiere al mismo tiempo que nos enseña sus ventiladores mecánicos, recientemente producidos. Precisamente, estos artefactos son los más comercializados.

Tras años de esfuerzo, Walter Miranda Zeballos ha posicionado su emprendimiento como uno de los más confiables en Arequipa. Con el tiempo, planea ingresar al mundo de la tecnología de punta y migrar a la industria 4.0 para tener mayor eficiencia y productividad con sus servicios. Pero repele la idea de trabajar con compañías que causen estragos en la población.

«Quiero tener mi mediana empresa, ahora estoy como Mype (micro y pequeña empresa), anhelo entrar al internet de las cosas, automatizar los procesos para competir en el mercado. Quiero sembrar el germen de que se puede lograr todo lo que te propones. Aunque al momento de iniciar uno está con la espada de Damocles, se tiene que arriesgar, planificar y tener alternativas”, concluye.

Macrotecnic se abre paso en medio de un país donde las empresas internacionales ganan terreno por la falta de competitividad e industrialización. Esta historia muestra un ejemplo de superación entre la adversidad. Si usted requiere de sus servicios especializados, no dude en visitarlos en cualquier momento.