Combaten el dengue con medicina ancestral en Madre de Dios
Combaten el dengue con medicina ancestral en Madre de Dios

La enfermedad sigue avanzando en el país y en la región de Madre de Dios no es diferente. Ante la falta de puestos de salud, las comunidades nativas combaten este mal con medicina ancestral.

Roberth Orihuela

El Fenómeno de El Niño, sumado al incremento del calor, ha provocado la suba de casos de Dengue en el Perú y América Latina. Este peligroso mal transmitido por el mosquito del Sika, puede producir hemorragias internas y hasta la muerte.

En el Perú, además de estar afectando principalmente a regiones costeras, como La Libertad, Lima, Ica y Piura, también ha llegado a las regiones amazónicas. Ante esta grave situación, el gobierno ha declarado en emergencia el país por el incremento de casos.

De acuerdo con cifras de la Sala Situacional del Dengue del Ministerio de Salud, Madre de Dios acumula hasta el momento 478 casos confirmados de dengue y dos muertes oficiales. Pero representantes de las comunidades nativas de esta región advierten que podría haber más infectados al interior de la Amazonía, debido a que no hay puestos de salud cercanos por el difícil acceso de la zona.

A pesar de esto, las comunidades nativas de Madre de Dios tienen sus propias formas de luchar contra el Dengue y otras enfermedades virales. Sus conocimientos ancestrales les han  permitido controlar los síntomas y salvar la vida. Así lo explica Alberto Inuma, dirigente de la comunidad indígena Pariamanu, quien además muestra las plantas medicinales que utilizan para afrontar los síntomas del Dengue, los resfríos, la gripe, fiebre y hasta el Covid-19.

Dura vida en la selva

Uno de los principales problemas que viven las comunidades nativas en la amazonía peruana es la distancia. Para llegar a la comunidad de Pariamanu debemos viajar casi durante tres horas en moto y luego en balsa para cruzar el río. La ruta es difícil: una trocha de barro constante y grandes zonas fangosas donde hay que bajarse para empujar la moto o sortear la ruta con ciertos atajos. Un auto o una camioneta 4×4 difícilmente podrían cruzar el terreno y menos luego de una lluvia. 

Después de vencer estas dificultades llegamos hasta las orillas del río Pariamanu y toca cruzar en balsa hacia la comunidad. Con suerte se encuentra una disponible con jóvenes cruzando sacos de maíz que acaban de cosechar. Llevarán el producto en cuatrimotos y reclaman por una mejor vía de acceso.

La comunidad es, como casi todas en la selva de Madre de Dios: una veintena de casas rodeando una explanada de pasto que hace las veces de cancha de fútbol como de sala de reuniones para los comuneros. No hay agua ni desagüe; tampoco electricidad. Y este es el problema de la proliferación del dengue. Los nativos deben almacenar el agua en tachos donde es fácil que el dengue gane terreno.

Por suerte, la comunidad es de las pocas que tiene una posta médica. Pero allí solo trabaja un enfermero y llega un médico de vez en cuando, cuando hay campañas de salud. El puesto fue construido por los comuneros hace varios años, pero ahora está casi por caerse a pedazos. Las termitas y otros bichos que se comen la madera y las paredes han avanzado en las entrañas de la estructura. Tampoco hay forma de conectarse, dice Ricardo Mejía Sana, el único trabajador de salud en la comunidad, quien señala la antena y la radio que ya ni funcionan. 

Otro problema que el enfermero resalta es la anemia. Y es que de acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, más del 60% de los niños de la provincia de Tambopata, donde nos ubicamos, tienen este mal que afecta a su desarrollo cognoscitivo y de aprendizaje.

Lucha contra el dengue

Debido a todas estas falencias, las comunidades nativas han encontrado formas naturales de protegerse y tratar diversos males. Alberto Inuma nos muestra el biohuerto de la comunidad, donde cultivan plantas medicinales de todo tipo y para todas las enfermedades posibles. Es como una farmacia verde, a la que acuden los comuneros cuando tienen fiebre, gripe, malestares estomacales, algunas enfermedades a los riñones o hasta cuando los muerde alguna serpiente.

Como no hay médico y la posta de salud no cuenta con los medicamentos necesarios para la lucha contra el Dengue, los nativos amazónicos tratan la enfermedad con sus raíces y hierbas medicinales. Algunas de estas son el Gengibre, el Angel Sisa, la cáscara de la semilla de cacao, la caña agria, entre otros. Estos sirven para disminuir las fiebres altas, los síntomas de la gripe y otros síntomas del Dengue. “Como no existe una vacuna, la única forma es tratar los síntomas. Y aquí tenemos de todo”, explica Inuma.

El líder de la comunidad de Pariamanu señala que durante la pandemia del Covid-19 hicieron lo mismo cuando algunos de los comuneros se contagiaron. Es cierto que fueron pocos, debido al aislamiento en el que viven, pero sí hubo casos. Los mismos que nunca fueron reportados a las autoridades de salud. De la misma forma pasa con el Dengue. Muchas veces los comuneros nos acuden. Solo combaten los síntomas con sus plantas medicinas y así se curan.

DATO

De igual forma, los comuneros ahora también toman previsiones para evitar el Dengue. En la comunidad se tapan los tachos y baldes con agua. Pero a veces es difícil deshacerse por completo del mosquito del Dengue, pues por naturaleza, después de las lluvias, el agua se acumula en medio de la selva y allí mismo empieza a proliferar y luego termina picando y contagiando a los comuneros.

sumilla

Solo 8 de las 21 comunidades nativas de Tambopata en Madre de Dios, tienen un puesto de Salud.

Para Info Pequeña

Casos de Dengue por provincia en Madre de Dios

Manu: 15

Tahuamanu : 85

Tambopata: 378

Total: 478

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