
La población del distrito de Coata no tiene servicio de agua potable. Desde hace poco menos de un mes no llegan cisternas que los abastecen. Ahora juntan agua de lluvia o de manantiales para su uso diario.
Roberth Orihuela
El río Coata está crecido y la corriente lleva al menos 200 litros por segundo de agua. Las lluvias que no paran en el altiplano de la región Puno lo mantienen con un buen caudal. Pero los pobladores del distrito de Coata no pueden aprovecharlo porque todo el afluente está contaminado por los desagües de la ciudad de Juliaca. Debido a ello, no se puede ejecutar un proyecto de agua potable para la población ubicada aguas abajo, casi a las orillas del lago Titicaca.
La única forma que tienen para abastecerse es mediante cisternas que enviaba la empresa de saneamiento SEDA Juliaca a través de un convenio con el Ministerio de Vivienda y Saneamiento; pero desde hace casi un mes les cortaron la dotación.
Niños los más afectados sin agua
Los niños del distrito de Coata, ubicado a 20 minutos de la ciudad de Juliaca, en la región Puno, no conocen lo que es un caño con agua. Ellos solo tomaban el líquido de los tanques y baldes en los que sus padres recibían de cisternas de SEDA Juliaca. Pero ahora ya ni eso. Desde hace casi un mes, la empresa de saneamiento les ha cortado la dotación sin ningún motivo aparente.
Revelación llegó hasta el río Coata y entrevistó a los pobladores afectados. Ellos denuncian que están aprovechando la poca agua de lluvia que pueden juntar para su consumo diario; pero no es suficiente. Mientras que otros, con carros y motos, van hasta un ojo de agua ubicado a media hora de viaje. Tampoco pueden aprovechar el agua subterránea porque ya está contaminada y contiene metales pesados; muestra de ello es que los alimentos hervidos salen con colores y sabores extraños.
Maruja Inquilla, dirigente y ambientalista de Coata, explica que la dotación de agua se cortó cuando la población no aceptó el nombramiento de un nuevo prefecto, quien sería persona de confianza de la presidenta Dina Boluarte. “Aquí no lo queremos, lo han echado del pueblo y luego de eso nos han cortado los camiones cisterna. Es el castigo de Dina Boluarte hacia la población de Coata. Pese a que el Ministerio de Vivienda tiene convenio con SEDA Juliaca, y es quien les paga para que nos traigan agua”, explicó la dirigente a orillas del río Coata.
Inquilla contó que desde hace varios años existe la promesa de un proyecto de agua potable para la población de Coata, pero debido a la contaminación del río no se puede hacer realidad. Resulta que los casi 300 mil habitantes de Juliaca, urbe dedicada principalmente al comercio, no cuentan con una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) y las autoridades no tienen más remedio que dejar fluir los desagües directamente hacia el río. Además, también existe contaminación por parte de la minería que se desarrolla en la cabecera del río. Esto contamina todo el afluente e incluso el lago Titicaca.
Por esta constante contaminación, los dirigentes de Coata denunciaron a SEDA Juliaca con el fin de que deje de echar los desagües directamente al río. En setiembre del 2023, el Segundo Juzgado Civil de Juliaca falló en favor de la población y ordenó a SEDA Juliaca dejar de derramar los desagües al río sin tratamiento. El fallo fue ratificado el mes pasado por el Poder Judicial. Además, se responsabiliza al Gobierno Regional de Puno, la Dirección Regional de Salud (Diresa) Puno, la Municipalidad Provincial de San Román, la Entidad Prestadora de Servicios de Saneamiento del distrito de Juliaca (SEDA Juliaca) y al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCC) por las malas condiciones del río y la afectación a la población de Coata.
Sin embargo, a pesar de la decisión judicial, la contaminación persiste.
Datos
La población y dirigentes anunciaron que realizarán una marcha hacia Lima para reclamar a la presidenta Dina Boluarte que se retome la entrega de agua.
