Isaac Martínez Gonzales. Especialista en infraestructura hidráulica
La infraestructura hidráulica de riego está expuesta a peligros ocasionados por la naturaleza, como sismos, precipitaciones extraordinarias, erupciones volcánicas, fallas geológicas, etc. También por fallas de diseño, fallas constructivas, mala operación y por falta de mantenimiento. Ante la probabilidad de ocurrencia de fallas estructurales por las causas señaladas, se debe aplicar la “prevención de riesgos” para no pensar qué se debe hacer, cuando ya ocurrió el desastre.
Ante los riesgos de falla estructural de canales, bocatomas, represas, acueductos, sifones invertidos, puentes, etc. — que es una alerta a un menor desempeño o rendimiento a lo esperado, que produce la ruptura de la estructura (colapso)— los agricultores y demás usuarios del agua deben exigir y controlar el cumplimiento de la responsabilidad que tienen los directivos de las juntas de usuarios. De acuerdo a lo señalado en los Artículos 33°, 34° y 35° del Reglamento de la Ley de Recursos Hídricos, Ley N°29338 y en el Reglamento de Operadores de Infraestructura Hidráulica.
Con el pago de la tarifa del agua se solventa los estudios y obras de operación y mantenimiento programados por las juntas de usuarios, cuyo plan de trabajo es aprobado por la Autoridad Nacional del Agua. Es muy común que cuando se presenta algún problema en la infraestructura de riego, los directivos de las juntas de usuarios recurren a los gobiernos regionales, locales y empresas mineras. Está muy bien que trabajen coordinadamente y que reciban alguna ayuda; pero no deben transferirles su responsabilidad de ser los ejecutores de las obras, dándoles pie a que sean protagonistas políticos, más que solidarios.
Las juntas de usuarios, tienen en su estructura de funcionamiento un gerente técnico, que debería ser un ingeniero agrícola o agrónomo, que haga prevalecer el cumplimiento de las obligaciones de la organización y las recomendaciones técnicas que proponga para el buen funcionamiento del sistema de riego. Y no limitarse, como en algunos casos, a obedecer lo que dispone el presidente de la junta de usuarios, que no siempre es lo más adecuado, sólo por conservar su trabajo.
Las consecuencias de lo señalado se presentan permanentemente. El más reciente es el colapso del canal madre de La Joya, a la altura del partidor del primer lateral. Esto por la acción erosiva regresiva del agua, por rebalse, ante la obstrucción de las compuertas del partidor por material flotante (ramas y arbustos), conducido por el canal desde la bocatoma de Socosani. El problema ocurrió el 22 de febrero del presente año. Probablemente ha sido por falta de previsión de lo que puede ocurrir en época de avenidas, por desconocimiento o descuido.
Si pocos días atrás, se hizo un corte de agua para inspeccionar el estado de conservación de la bocatoma y del canal, ¿qué pasó? Lo primero que se supone han debido analizar es la bocatoma de Socosani: funcionamiento de las compuertas de captación y de río o de limpia (deben estar levantadas); funcionamiento de la estructura de control de material flotante (ramas, árboles); control del despedrador que hace que retorne al río el material grueso o de arrastre (piedras, grava).
Generalmente, cuando ingresa por la bocatoma el material flotante y de arrastre, es porque las compuertas de río están cerradas (mala operación) o porque el sistema de control de la captación (rejillas, viga en voladizo, rieles) no está funcionando adecuadamente por falta de mantenimiento. Si se hubiera previsto lo señalado, no habría ingresado material flotante al canal por la bocatoma, que ha ocasionado el desastre. No los exime de responsabilidad el hecho de que el canal tenga casi 90 años, como manifiestan los directivos. Efectivamente, el agua llegó a las pampas de la Joya en el año 1938, después se hicieron trabajos ampliatorios y complementarios en el año 1946, fecha escrita en el pórtico del túnel de ingreso.
Nuevamente debemos insistir en la previsión de desastres, ocasionados por el hombre, porque la falla del canal de la Joya ha sido ocasionada, principalmente, por una mala evaluación del funcionamiento de la bocatoma Socosani.