En un fallo que refuerza la lucha contra la delincuencia, Barnny López R. fue sentenciado a 30 años de cárcel. Esto por el violento robo a dos cambistas en Yanahuara. El 16 de septiembre de 2023, López y un cómplice no identificado llegaron en motocicleta al óvalo Quiñonez. Allonde amenazaron con un arma de fuego a una cambista, la golpearon y le arrebataron su chaleco. Acto seguido, atacaron a un segundo cambista, quien, presa del pánico, entregó su dinero y chaleco. Los delincuentes huyeron con 6 mil dólares, pero no sin antes disparar a una de las víctimas, dejándola gravemente herida.

La investigación, liderada por la fiscal provincial Cristina Hurtado Mazeyra, fue un ejemplo de precisión científica. Las huellas dactilares y cabellos encontrados en un casco abandonado en las chacras cercanas fueron clave para identificar a López. Además, las cámaras de seguridad captaron cada movimiento: desde el robo hasta la huida por la avenida Taboada. Las imágenes mostraron a López agarrando el casco que luego lo incriminaría.

El Ministerio Público no dejó cabos sueltos. Solicitaron la detención preliminar de López en un caso de no flagrancia, una medida que ya no está vigente pero que en su momento fue crucial para evitar que escapara. Luego, lograron que se le dictara prisión preventiva, asegurando su presencia en el juicio.

Durante el proceso, López admitió su culpabilidad, pero intentó negociar una pena menor a los 35 años solicitados por la Fiscalía. Sin embargo, las pruebas eran contundentes: ADN, videos y testimonios lo colocaban en el centro del crimen. Finalmente, el juez dictó una sentencia de 30 años, una decisión que celebra la justicia pero que también deja en evidencia la violencia que sufren los trabajadores informales.

Como parte de la condena, López deberá pagar 6 mil dólares por daño patrimonial y 2 mil soles por daño moral a uno de los agraviados, y 5 mil soles a la cambista herida. Estas reparaciones, aunque simbólicas, buscan aliviar el impacto económico y emocional que el crimen causó en las víctimas.

El fiscal adjunto Albert Aldonates Molina jugó un papel crucial en el juicio, asegurando que cada prueba fuera presentada con claridad y contundencia. Este caso no solo cierra un capítulo de violencia, sino que también refuerza la importancia de la ciencia forense y la tecnología en la lucha contra la impunidad. La justicia, esta vez, llegó con pruebas irrefutables.