Por Gustavo Puma Cáceres. Planificador Urbano Territorial y Portuario, Gobernanza Territorial y Gestión de Ciudades Puerto.  (En colaboración: Arq. Elaine Marín Rodríguez)

Ante tanta ineficacia e ineficiencia en la administración pública tradicional que comprende Ministerios, Gobiernos Regionales y Locales a nivel nacional, ha surgido un debate sobre la gerencia y gestión pública. A menudo se le atribuyen características como, lentitud, resistencia al cambio y aversión de nuevas tecnologías de información (como sistemas de gestión, implementaciones tecnológicas como BIM, PMO). En contraste, muchos consideran que el sector privado es más eficiente, eficaz y rentable. Esta oposición de ideas ha generado una dicotomía entre ambos modelos de gestión. Ya desde el derecho romano, se diferenciaba lo público de lo privado a través de sus leyes, otorgando una supremacía a lo público. Sin embargo, en la actualidad, las sociedades se manejan de manera más compleja, y ya no basta con priorizar la eficiencia, la eficacia o el aspecto económico.

Actualmente, la gestión, en todos sus ámbitos, debe apoyarse en herramientas de diagnóstico, diseño y desarrollo para responder a los desafíos del hoy en día. En el Perú, la gestión pública ha enfrentado múltiples dificultades para adaptarse a la resolución de problemas y la incorporación de nuevas tecnologías que están transformando el mundo. Ante este panorama, surge la siguiente pregunta: ¿es posible lograr un equilibrio entre eficiencia de la gestión del privado en el sector público? En mi opinión, sí es posible alcanzar este equilibrio.

En primer lugar, es factible lograr un equilibrio entre el gerenciamiento, gestión pública y privada mediante la adopción de nuevos paradigmas, como la Neo Gestión Pública (NGP). Esta surge como una alternativa a la administración burocrática tradicional, basada en principios de eficiencia, rentabilidad y orientación al ciudadano como cliente. En contraste, la administración burocrática se enfoca en procedimientos y estructuras rígidas. Este enfoque podría aplicarse a megaproyectos y proyectos de impacto regional y macrorregional (que no los hay) y utilizando un modelo de valor público que garantice que las obras respondan a las necesidades reales de la población.

Es importante destacar la formación de profesionales en programas, como maestrías de gerencia, sobre todo de las instituciones públicas, como la Universidad Nacional de San Agustín – UNSA – FAU, donde los egresados adquieren habilidades directivas y gerenciales que les permiten aplicar nuevas formas de gestión en el sector público. No queda duda que la academia aporta al conocimiento.

En segundo lugar, La dicotomía de la gestión pública-privada y las transformaciones en la administración pública, se plantea la economía mixta como una solución viable para abordar los desafíos económicos contemporáneos. En este enfoque, tanto el sector público como el privado desempeñan roles complementarios y no excluyentes, lo que permite una cooperación que se adapta a las necesidades de una economía globalizada y en constante cambio.

En el caso de Arequipa, este modelo se refleja en proyectos de infraestructura que planteamos para Arequipa como el Tren de Cercanías Arequipa – Matarani – Mollendo – La Joya, El tranvía o metro para Arequipa y  la Reubicación del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón. Donde el Estado, a través de la inversión pública, debe garantizar la infraestructura básica necesaria, mientras que el sector privado puede aportar la eficiencia, innovación y recursos necesarios para su ejecución y operación. Asegurando que estos proyectos respondan a las necesidades reales de la población. De hecho es importante la participación de la inversión privada. El sector privado debe ser reconocido como el motor principal de la innovación y la eficiencia económica en el Perú y Arequipa.

En síntesis, lograr un equilibrio efectivo entre la gestión pública y privada requiere la adopción de enfoques innovadores como la Neo Gestión Pública y un modelo de economía mixta, donde el Estado interviene en áreas clave para el bienestar social y el sector privado impulsa la eficiencia y la innovación. Siempre dentro de un marco regulatorio que garantice la equidad y sostenibilidad en el desarrollo económico.