El techo del patio de comidas del centro comercial Real Plaza Trujillo colapsó la noche del viernes 21 de febrero, convirtiendo una tranquila velada en una escena de caos y desesperación. Hasta el momento, el balance oficial reporta 8 fallecidos y 84 heridos, entre ellos 11 menores en estado crítico. Mientras los equipos de rescate continúan removiendo escombros, expertos en ingeniería y gestión de riesgos han comenzado a analizar las posibles causas de la tragedia.

Falta de mantenimiento
El ingeniero Luis Miguel Morán Yáñez, presidente de la Comisión Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres del Colegio de Ingenieros del Perú, fue uno de los primeros en ofrecer una explicación técnica preliminar. Basándose en videos del incidente, Morán señaló que la estructura colapsada era un techo ligero diseñado para soportar hasta 30 kilos por metro cuadrado. Sin embargo, una posible acumulación de agua de lluvia podría haber superado ese límite. «Una capa de 10 centímetros de agua equivale a 100 kilos por metro cuadrado, más del triple de lo permitido», explicó.
Morán destacó que este tipo de techos suele contar con sistemas de drenaje, como troneras, para evitar la acumulación de agua. No obstante, advirtió que la falta de mantenimiento podría haber obstruido estos sistemas. «A veces, las troneras se tapan con basura, ramas o nidos de aves, lo que impide el flujo del agua y genera un sobrepeso en la estructura», detalló.
Por su parte, el ingeniero Ronald Gutiérrez, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), coincidió en que la acumulación de agua pudo ser el detonante del colapso. Gutiérrez subrayó que, aunque las normativas actuales exigen sistemas de drenaje en este tipo de construcciones, estas no contemplan un diseño específico para el mantenimiento de las estructuras. «Dudo que el techo careciera de un sistema de drenaje, pero es fundamental que las normas se actualicen para garantizar un mantenimiento adecuado», precisó.

Sigue el rescate
Mientras los expertos analizan las causas, en el lugar del desastre los equipos de rescate trabajan sin descanso. Más de 200 policías y 50 bomberos por turnos han removido escombros en un área de 200 metros cuadrados, el epicentro del colapso. Gelqui Gómez, inspector departamental de La Libertad del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, explicó que aún no se ha podido acceder a algunas zonas críticas, donde podrían haber más víctimas atrapadas.
La tragedia ha dejado historias desgarradoras. Entre los fallecidos se encuentra Yekyll Iparraguirre Palomino, un deportista cajabambino cuya muerte ha conmocionado a su comunidad. También figura Harumi Carbajal Velásquez, una joven de 24 años que perdió la vida mientras disfrutaba de un momento con su pareja, quien sobrevivió pero sufrió la amputación de una pierna. El padre de Harumi compartió un emotivo mensaje en redes sociales, recordándola como «la niña más feliz del mundo».

La empresa Intercorp, propietaria de la cadena Real Plaza, emitió un comunicado expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y comprometiéndose a brindar apoyo a los afectados. «No escatimaremos esfuerzos ni recursos para hacer frente a esta terrible tragedia», señaló la empresa.
Mientras tanto, la comunidad trujillana ha respondido con solidaridad. Empresas locales como la pollería Norkys, la heladería Aldodiego & Co y la pizzería Pizzoni han donado alimentos para los rescatistas y voluntarios que trabajan en el lugar.

Piden investigación
Entre los escombros, el grito desgarrador de un padre buscando a su hijo resonó como un eco del dolor colectivo. «¡Willy, Willy!», clamaba el hombre en un video que rápidamente se viralizó, reflejando la angustia de quienes aún esperan noticias de sus seres queridos.
A medida que avanzan las investigaciones, las preguntas sobre la responsabilidad y las medidas de seguridad en este tipo de estructuras se multiplican. Morán Yáñez advirtió que, sin una adecuada implementación de las normas de gestión de riesgos, el país seguirá siendo víctima de desastres prevenibles. «Somos un país reactivo, no preventivo», lamentó.
Mientras tanto, Trujillo llora a sus muertos y clama por justicia. La tragedia del Real Plaza ha dejado un saldo de vidas perdidas. Pero también una herida profunda en la confianza de una comunidad que exige respuestas y acciones concretas para evitar que hechos como este se repitan.