Por Isaac Martinez Gonzales, especialista en riego

La irrigación de la pampa de Majes (Arequipa) se viene operando desde 1983 mediante el empleo de un módulo de riego litros por segundo por hectárea (l/s * ha) por encima del establecido en el proyecto y en la Resolución Directoral N°324-2011-ANA/AAA-CO del 3 de agosto de 2011; y corroborada con la Resolución N°400-2022-ANA/TNRCH, del 30 de junio de 2022. Esto ha ocasionado la filtración y recarga inducida de agua al subsuelo con sales que drenan hacia el río Siguas, lo que contamina sus aguas y las del río Quilca, de quien es su afluente. 

Se concibió la primera etapa del Proyecto Especial Majes Siguas (PEMS), en la pampa de Majes, con un área bajo riego de 23 mil hectáreas. Actualmente hay bajo riego 15,000 ha oficialmente y unas 3,500 ha invadidas que utilizan el agua de las 8,000 ha restantes programadas. Lamentablemente, el uso excesivo de agua para riego en los suelos de la Pampa de Majes, que se caracterizan por ser porosos y por su gran contenido de sales, ocasionó que aparecieran las primeras filtraciones en la zona de San Juan de Siguas en 1993. Es decir, diez años después de la llegada de agua para la irrigación (1983).

El problema se fue agravando y, actualmente, este pueblo se encuentra sepultado por los derrumbes. Asimismo, el canal principal del PEMS, la carretera Panamericana y el local de la planta de la empresa Gloria están a punto de colapsar. Contribuyen al problema las infiltraciones que puede haber de la infraestructura de riego, incluyendo los vasos reguladores. 

Como en muchos lugares del Perú, los agricultores por antonomasia son los que sueñan viendo una vaquita comiendo alfalfa —cultivo que incorpora al suelo materia orgánica y nitrógeno—. Por lo que iniciaron las actividades de desempiedre, lavado de suelos (lixiviación) y siembra de alfalfa. Nadie pensó que el sueño de los colonos de la irrigación se convertiría, a los diez años, en una pesadilla para los agricultores del valle de Siguas, quienes se preguntaban quién daría solución a este problema. A la fecha no ha sido respondida su pregunta y los damnificados siguen reclamando su resarcimiento, ante las autoridades ineficientes del PEMS.

En el año 2013 se realizó el estudio integral de los deslizamientos en el valle de Siguas, financiado por la ANA y ejecutado por el PEMS, a un costo de un millón doscientos mil soles (S/ 1.2 millones). Fue una estafa. Plantearon soluciones inejecutables por tratarse de suelos inestables con presencia de arcillas expansivas y colapsables (plásticas). Se presentan procesos de reptación (creeping), deslizamientos rotacionales (slump) y materiales saturados que se desplazan a favor de la pendiente. El agua satura los suelos de las laderas con partículas finas —que  incrementan de peso— y se producen los deslizamientos rotacionales.

A mediados del año 2017, el Gobierno Regional de Arequipa a cargo de Yamila Osorio construyó seis pozos tubulares para evacuar las aguas del subsuelo, a un costo de 13 millones 510 mil soles que nunca fueron equipados. Fue otra estafa.

Lamentablemente, todos los estudios fueron enfocados desde el punto de vista geológico y geotécnico (efecto del problema), cuando la causa del problema es el sobre riego.