Frente a crecientes críticas por la inseguridad, la Policía Nacional del Perú (PNP) respaldó al ministro del Interior, Juan José Santiváñez. Esta vez recurriendo a comparaciones internacionales para minimizar el problema de homicidios en el país. Según el Observatorio del Delito y la Criminalidad, la tasa preliminar de homicidios en Perú en 2024 fue de 7,37 por cada 100 mil habitantes. Muy por debajo de países como México (22,3) y Colombia (25,35).

El pronunciamiento destacó que el Perú no enfrenta una «magnitud de violencia» similar a la de sus vecinos. Sin embargo, este enfoque omite que el país registró un incremento del 30% en homicidios respecto a 2023. Esto significa 2,011 asesinatos el año pasado y 106 muertes violentas solo en los primeros 22 días de 2025.

La PNP insistió en que realiza “esfuerzos denodados” para combatir delitos graves y desarticular grupos criminales. Sin embargo, especialistas cuestionan que las cifras oficiales se usen sin considerar variables como la densidad poblacional. México, con 128 millones de habitantes, y Colombia, con 52 millones, enfrentan contextos distintos al de Perú, que tiene 34 millones de personas.

Durante una reciente intervención, el ministro Santiváñez criticó la cobertura mediática de los homicidios y defendió su gestión mencionando capturas recientes. «No se diga que no se trabaja. Visiten la página del ministerio y verán la información que algunos medios no comparten», reclamó, atribuyendo la percepción negativa a una supuesta «distorsión informativa».

El ministro también comparó la violencia en Perú con los 30,057 homicidios en México y 13,341 en Colombia durante 2024. Sin embargo, estas cifras no abordan las particularidades del aumento de crímenes en el país ni las causas subyacentes. Como el crecimiento de la extorsión y las economías ilegales.

Críticos señalan que las comparaciones internacionales no explican ni resuelven la sensación de inseguridad que vive la población. «El contexto local es clave, y minimizar la gravedad del problema comparándonos con países con realidades muy diferentes es una estrategia evasiva», advierte un analista.

Mientras tanto, la ciudadanía sigue exigiendo resultados concretos y políticas efectivas para frenar la violencia, más allá de comunicados y declaraciones que apelan a comparativas regionales poco relevantes para la realidad peruana.