Desde muy pequeña, Andrea Villasante Aparicio supo que amaba la belleza y la naturaleza. Tanta era su pasión que siguió la carrera profesional de Ingeniería Ambiental. Siempre buscaba mitigar los daños causados por la industria. Hoy, sus conocimientos la llevaron a convertirse en una esteticista que utiliza las fragancias de la naturaleza para elaborar cosméticos naturales.
Durante la pandemia provocada por el Coronavirus, Andrea encontró en los aromas frescos de las flores y propiedades de las plantas la forma de hacer una empresa sostenible y duradera. Así nació «Hadas Cosmética Natural», una línea de productos de belleza que promete cuidar la piel y el planeta.
El nombre de su negocio no fue una elección al azar. Las hadas, esos seres mitológicos vinculados a la protección y la pureza, fueron la imagen perfecta de su visión. Andrea se convirtió, sin saberlo, en la hada de la cosmética natural, usando sus conocimientos para conjurar productos que no solo embellecen, sino que nutren y respetan el entorno. «Cuidar la naturaleza es cuidar de nosotros mismos», reflexiona.
Cosméticos sostenibles
Mientras el resto del mundo veía en las noticias la lucha contra el virus desde el exilio, la joven empresaria comenzaba a experimentar con las bondades de la naturaleza. Su propia piel fue el primer lienzo de sus inventos. Su primer producto que salió al mercado fueron jabones elaborados con glicerina, avena pulverizada, aceites esenciales y plantas aromáticas y medicinales.
“Al comienzo lo hice para mí misma y después surgió la idea de negocio. Empezó con la elaboración de jabones artesanales. Era la mejor alternativa por la crisis sanitaria que vivíamos. Para aprender tuve que llevar cursos virtuales de productos nutricosméticos. La cosmética natural es muy efectiva”, cuenta.
La gente comenzó a interesarse por los jabones naturales hechos a mano, pues poseen mayores beneficios que los jabones convencionales. «Hadas Cosmética Natural» es desde entonces un negocio y una promesa de cambio. En cada fórmula y en cada ingrediente existe un respeto por el medio ambiente.
Pero la joven empresaria no se detuvo ahí. Sus productos fueron evolucionando y sacó a la venta su línea de shampoos, acondicionadores, cremas antioxidantes, mascarillas, serums, aceites para el rostro y hasta labiales veganos. Con cada creación, la emprendedora lograba el equilibrio perfecto entre la ciencia y la naturaleza.
«Es la forma en que las plantas nos cuidan, como un abrazo en cada gota. Ahora tenemos más 15 productos hechos a mano. Se elaboran con insumos naturales y orgánicos pulverizados dependiendo de cada producto», explica con la mirada brillante de quien sabe que su misión va más allá de la venta de productos.
Visión de cambio
Hoy, «Hadas Cosmética Natural» se promociona a través de su catálogo digital, que Andrea difunde por redes sociales (Facebook, Instagram y TikTok) y en su WhatsApp (936571842). Pero también aspira abrir una tienda física con todos sus productos. Y quizá, en un tiempo no muy lejano, tener varias sucursales a nivel nacional.
“Al principio fue difícil empezar, pero ya tenemos la aceptación de la población que cuida su piel de la mejor manera. Hay un cambio de conciencia porque los clientes ya no buscan sólo productos, también quieren contribuir con el medio ambiente. Por eso, me gustaría tener una tienda. También quiero que mis productos vayan por todo el Perú”, concluye.
Andrea Villasante no solo creó una línea de cosméticos, sino que desató una corriente de conciencia ecológica y de respeto por el cuerpo humano. Sus productos llevan la magia de las plantas al corazón de cada uno de sus clientes, envolviéndolos con un hechizo de bienestar, delicadeza y sostenibilidad. Y así, de la mano de la naturaleza, el futuro se pinta con los colores más brillantes, aquellos que solo el cuidado profundo y consciente puede ofrecer.