Los pobladores de las zonas altas de Paucarpata y bajas de Chiguata siguen sufriendo las consecuencias de un proyecto de agua y desagüe inconcluso que perjudica a más de 73 mil habitantes. Desde hace años, el suministro intermitente de agua potable afecta seriamente su calidad de vida, mientras que las soluciones parecen aún lejanas.
Eduardo Estofanero, presidente de la comisión de beneficiarios del proyecto, explicó que aunque han avanzado en la infraestructura, las autoridades no han entregado el sistema de agua y desagüe. Está obra incluye la planta de tratamiento de agua potable La Bedoya, cuya construcción asciende a más S/ 36 millones, y un sistema destinado a garantizar el suministro de agua potable en los sectores.
Estofanero atribuye el estancamiento del proyecto a irregularidades administrativas, falta de compromiso de Sedapar y del Gobierno Regional de Arequipa, y conexiones clandestinas. Estas situaciones han dejado a miles de familias sin agua potable, a pesar de las promesas.
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No obstante, el consumo de agua no potable sigue poniendo en riesgo la salud de los pobladores de Cerrito Buena Vista, etapas II y III. Además, otros sectores también se ven afectados, quienes han intensificado sus exigencias para la regularización del servicio.
Ante este panorama, el Gobierno Regional de Arequipa, Sedapar y la Municipalidad Distrital de Paucarpata iniciaron negociaciones. Entre las posibles soluciones se encuentra la formalización del uso del reservorio R1, cuya entrega parcial está prevista para el 31 de marzo de este año.
Mientras tanto, los habitantes esperan respuestas concretas y una solución definitiva que deje atrás años de precariedad y promesas incumplidas. Los pobladores esperan por la culminación del proyecto desde hace 10 años.