En un cambio sorpresivo en la dirección del Hospital Honorio Delgado, el Dr. César Molina asumió el cargo en remplazo del Dr. Carlos Medina. La nueva autoridad destacó que su prioridad inicial será reducir las largas colas y mejorar las citas médicas mediante estrategias informáticas. Este problema ha persistido sin soluciones efectivas durante varias gestiones anteriores.
El hospital, clasificado como de nivel III-1, enfrenta limitaciones debido a la falta de equipamiento moderno y funcional, lo que afecta directamente la atención a los pacientes. El director anunció que trabajará en el mantenimiento de los equipos actuales, el reemplazo de aquellos obsoletos y la actualización de la infraestructura tecnológica para ofrecer un servicio de calidad.
No obstante, la carencia de un tomógrafo y un resonador funcional destaca entre los problemas más graves. Esta situación obliga a los pacientes a buscar estos servicios en otras instituciones y afecta de manera crítica la atención de emergencias. Resolver este problema debe ser una prioridad inmediata para el Gobierno Regional de Arequipa.
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Por otro lado, el Dr. Molina subrayó también la necesidad de construir un nuevo hospital. La infraestructura actual tiene más de 70 años de antigüedad. Este ambicioso proyecto comenzará con estudios de prefactibilidad y factibilidad, aunque advirtió que podría demorar años si no se agilizan los procesos administrativos y de gestión.
Para abordar estos retos, el director planea conformar un equipo de gestión sólido y fomentar la colaboración entre el personal del hospital. Enfatizó que solo con el compromiso de todos los trabajadores será posible alcanzar las metas propuestas para mejorar la atención sanitaria.
El director señaló además la crítica falta de recursos en áreas como endoscopía y laparoscopía, lo que dificulta atender a los pacientes de manera adecuada. La gestión actual se ha comprometido a acelerar la adquisición de equipos esenciales para cubrir estas necesidades y garantizar un servicio digno y eficiente.
El Dr. Molina asume una tarea monumental en un contexto donde los problemas de salud pública persisten en todo el país. Aunque las promesas generan expectativas, los resultados dependerán de una gestión efectiva, apoyo político y la capacidad de superar la burocracia que ha obstaculizado al hospital durante años.