Por Gustavo Puma Cáceres. Planificador Urbano Territorial y Portuaria, Gobernanza Territorial y Gestión de Ciudades Puerto
Pensando en qué podría escribir como último artículo del año y analizando entre mis múltiples viajes realizados a muchas ciudades del Perú por temas laborales, especialmente a Chancay-Huaral por la planificación urbano territorial de la ciudad puerto de Chancay y que por cierto, personalmente considero que la inauguración del puerto es lo único bueno que puedo rescatar de este 2024; puedo describir que nos encontramos en una total desfragmentación social, política y económica. Dina Boluarte la más impopular del mundo y su 3% de peruanos que aprueba su gestión. La sola ausencia de no tener una hoja de ruta clara y consensuada, agrava problemas los estructurales e impide aprovechar el potencial del país, generando retrocesos en la planificación nacional.
Crisis de Gobernanza
La ausencia de un plan nacional deja al país vulnerable a la improvisación política del actual gobierno. Con gobiernos centrados en el corto plazo y en la gestión de crisis, sin soluciones sostenibles. Sin un plan nacional, el gobierno nacional y gobiernos regionales y locales priorizan intereses a corto plazo, resultando en políticas inconexas y populistas
La desatención a demandas locales y regionales por la falta de coordinación central eleva los conflictos. Especialmente en torno a la minería, agua y tierras. Y el incremento de la pobreza y la falta de oportunidades económicas y sociales podría revertir los avances en reducción de pobreza alcanzados en décadas pasadas.
Sin un enfoque diversificado, la economía seguirá dependiendo en gran medida de la minería y las materias primas, siendo extremadamente vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales. No somos un país minero solo exportamos piedras, rocas y concentrado.
Las regiones del Perú, sufren desigualdades urbanas y territoriales, el centralismo limeño sigue aglutinando más infraestructura. Las regiones alejadas de Lima y de los principales polos económicos continuarían marginadas, con pocas oportunidades de desarrollo.
Mientras que la incertidumbre política y la carencia de políticas claras de desarrollo económico reducen la competitividad y desalientan la inversión privada.
Infraestructura deficiente
Sin planificación nacional, la desconexión entre regiones y la insuficiencia de vías de transporte, comunicaciones y servicios básicos limitarán el comercio interno y la competitividad global.
A nivel nacional tenemos 2,647 proyectos de inversión están paralizados a setiembre de 2024, según datos de la Contraloría General de la República. De los cuales 1,391 se mantienen así desde setiembre de 2023. Del total, 1,877 pertenecen a las municipalidades. La ausencia de visión estratégica dificulta la ejecución de grandes proyectos de infraestructura, generando sobrecostos y conflictos legales.
Después de pandemia no hemos aprendido absolutamente nada, seguimos teniendo el peor sistema de salud de toda la región. Y la falta de un plan nacional perpetúa brechas entre zonas urbanas y rurales, dejando a millones de niños y jóvenes sin acceso a una educación de calidad que fomente innovación y empleabilidad.
El crecimiento poblacional está agravando las deficiencias en atención primaria, hospitales y programas de prevención. El Seguro Social solo está de adorno, mientras miles de peruanos y peruanas forman colas todos los días para que sean atendidos.
En tanto que la explotación descontrolada de recursos naturales, sin políticas claras, actividades ilegales como la minería informal y la tala indiscriminada continuarán devastando ecosistemas clave, como la Amazonía. Y las deficiencias en la preparación frente al cambio climático, intensifican los desastres naturales (inundaciones, sequías), afectando la seguridad alimentaria y desplazando comunidades vulnerables.
Otro problema es la ausencia de protagonismo regional, sin un enfoque estratégico. Perú pierde oportunidades de cooperación y liderazgo en foros internacionales.
En un Perú sin planificación nacional, los problemas estructurales persisten y se agravan, limitando el desarrollo y profundizando las desigualdades. La falta de cohesión nacional, las divisiones políticas, económicas y culturales entre regiones y sectores sociales se profundizan, debilitando el tejido social. Con este escenario urgen construir una visión de país, más justo, solidario, equitativo por una nación de posibilidades con más oportunidades y menos corrupción, te deseo un feliz y exitoso año 2025 ¡¡Kausachum Perú!!, ¡¡Jalla Perú!!