El último informe de percepción ciudadana expone el desplome en la satisfacción de la población arequipeña, principalmente en vivienda, gestión de las autoridades y empleo. Las promesas de mejora parecen cada vez más lejanas.
El bienestar en Arequipa está en retroceso. Los últimos informes de percepción ciudadana, elaborados por Comunidad en Marcha, revelan un panorama preocupante. Y es que la satisfacción de la población con los servicios y condiciones de vida ha disminuido drásticamente en el último semestre. Indicadores críticos como vivienda, gestión de autoridades y empleo muestran las caídas más pronunciadas, dejando a la ciudadanía con más preguntas que respuestas.
Autoridades en bajada
El informe, respaldado por la Universidad Católica San Pablo (UCSP), la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa y Cáritas, expone que la gestión de las autoridades es vista con escepticismo. Las cifras de satisfacción hacia el Gobierno Regional y la Municipalidad Provincial han caído por debajo del 4 %. Esto deja en evidencia la ineficacia de los discursos políticos y la desconexión entre las promesas electorales y la realidad de los ciudadanos. ¿Dónde están las soluciones?
Aún más preocupante es el colapso en la lucha contra la corrupción. Según el informe, la satisfacción en este aspecto no alcanza ni el 2 %. Esta es una señal clara de que los esfuerzos para frenar las irregularidades en la administración pública son insuficientes o inexistentes. Resulta escandaloso que en distritos como Hunter, Socabaya y Tiabaya, este indicador sea del 0 %. ¿Qué significa esto para el futuro de la gobernabilidad en la región?

Vivienda y empleo
El informe también denuncia una caída significativa en la percepción sobre la vivienda y el empleo. Apenas el 13.9 % de los arequipeños cree que es fácil conseguir un empleo, y menos del 12 % encuentra facilidades para iniciar un emprendimiento. En cuanto a la vivienda, el 15.2 % de los encuestados indicó que fue difícil encontrar un lugar para alquilar o comprar, un claro reflejo de la crisis inmobiliaria que atraviesa la ciudad. La situación es aún más crítica para quienes buscan un lote para construir, con una caída alarmante a solo 8.5 %, comparado con el semestre anterior.
Pero mientras las cifras hablan de insatisfacción y pesimismo, las autoridades parecen no escuchar. Juan Carlos Banich, director de Comunidad en Marcha, señaló que los informes ya fueron remitidos a alcaldes y consejeros, pero hasta el momento no se vislumbran respuestas concretas. ¿Qué más necesita la clase política para actuar? La paciencia de la ciudadanía parece agotarse, y la falta de soluciones podría derivar en un descontento social cada vez más profundo.

Es cierto que algunos indicadores como la confianza y el respeto hacia la comunidad han mostrado ligeros avances, pero estos apenas rozan el 15 % de percepción favorable. Los ciudadanos, por su parte, siguen aferrándose a la esperanza de que Arequipa recupere su liderazgo regional, aunque los hechos contradicen esa ilusión. Ocho de cada diez encuestados afirman que, a pesar de todo, seguirían viviendo en la ciudad. Un mensaje de resiliencia, sí, pero también de frustración ante la falta de alternativas.
Seguridad ciudadana
El dolor de cabeza constante sigue siendo la seguridad ciudadana, un área que registra una preocupante caída al 18.2 %. Las deficiencias en la labor del serenazgo y la policía, junto con la ineficaz utilización de cámaras de seguridad, revelan una falta de coordinación que pone en riesgo a la población. Las soluciones son tan esquivas como las promesas que se repiten cada campaña electoral.
Arequipa, una ciudad que antaño fue el orgullo del sur peruano, hoy parece estar al borde de un precipicio. Los informes de percepción ciudadana son un llamado de alerta urgente, pero todo indica que las autoridades siguen sin reaccionar a tiempo. ¿Cuánto más tendrá que soportar la población antes de que algo realmente cambie?