La obra del Colegio Gran Amauta enfrenta serias deficiencias en su ejecución, demoras injustificadas y falta de licencia de construcción. Estas irregularidades ponen en riesgo la entrega del proyecto y la seguridad de los estudiantes.
Todo tiende al caos, dice la «Ley de la Entropía». Y a pesar de ser inevitable, es válido cuestionar si es necesario que nuestras autoridades se lo tomen tan en serio. Todo está mal en la construcción del Colegio Gran Amauta de Miraflores. La Contraloría hizo varias visitas entre el 27 de agosto y 6 de setiembre, y, en resumen podemos concluir que las condiciones en las que se encuentra la obra ejecutada por el Gobierno Regional de Arequipa y el perjuicio que está generando a la comunidad educativa es intolerable.
Extensiones de plazo y malas condiciones
El proyecto de mejoramiento del servicio educativo de la I.E. 40158 El Gran Amauta, cuya ejecución estaba inicialmente prevista para 300 días, ha sufrido demoras que han extendido su plazo a 952 días. Y eso no es todo. Para no interrumpir el desarrollo educativo de los estudiantes se habilitaron ambientes de contingencia que se instalaron en la IE Luna Pizarro. De acuerdo, al expediente técnico estos ambientes temporales debieron culminarse en un plazo de 30 días. Sin embargo, conforme a la Contraloría, demoraron más de 3 meses en habilitarlos. Y lo hicieron mal, para colmo.
De acuerdo al Acta de visita N.º 002-2024 del 3 de setiembre de 2024, firmada por la directora de la institución educativa Gran Amauta, Roxana Cruz Cáceres, se identificaron múltiples deficiencias en los ambientes del plan de contingencia: “(…)son insuficientes, pues les falta ambientes de biblioteca, laboratorios, aulas de innovación tecnológica, espacio de desarrollo infantil para inicial”.
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Además, el informe de la Contraloría menciona que “las luminarias exteriores de los servicios higiénicos y cocina de inicial nunca se llegaron a instalarse”. Los muros de las aulas temporales lucen deteriorados y la malla raschel se encuentra remendada y parchada. Todas estas deficiencias se explican en los más de 600 días de exceso de permanencia de los estudiantes en estas instalaciones.
También, «el horario de dictado de clases se ha visto reducido, puesto que en el turno de la mañana estudian los alumnos de primaria y en el turno tarde los alumnos de secundaria, y los de la mañana tienen que desalojar las aulas”, manifestó la directora a la Contraloría.
Roxana Cruz Cáceres también expresó su preocupación por la sobrepoblación en los accesos y salidas de los estudiantes. Se observó que se están construyendo ambientes temporales para los estudiantes de la IE José Galvez, también, dentro de las instalaciones del Luna Pizarro. “(…) existe temor de que el horario de ingreso y salida coincida y exista sobrepoblación estudiantil”. La situación afecta a un total de 1 mil 416 estudiantes de tres colegios que compartirán, prácticamente, un espacio de mil 800 metros cuadrados.
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Sin licencia de construcción
La obra del Colegio Gran Amauta no cuenta con la licencia de edificación correspondiente. Según lo constatado en la visita del 27 de agosto de 2024, la ejecución de la obra avanzó sin cumplir con la obligación de tramitar la licencia ante la municipalidad de Miraflores. En julio de 2023 tanto la residente y el inspector de obra indicaron que la solicitud de licencia presentada previamente era irregular. Ello generó la necesidad de continuar el trámite, pero hasta la fecha no se logró obtener el documento.
A pesar de que la Ley 29090 establece que los proyectos de inversión pública pueden acogerse a una aprobación automática, el Gobierno Regional no cumplió con los requisitos necesarios para obtener la licencia. Entre ellos, el Formulario Único de Edificación y la memoria descriptiva con el código de inversión. La obra ya lleva más de 26 meses de ejecución sin este permiso indispensable.
La ausencia de la licencia de edificación podría derivar en serias sanciones por parte de la Municipalidad Distrital de Miraflores. Según el Cuadro Único de Infracciones y Sanciones Administrativas, la falta de este documento podría implicar una multa equivalente al 10% del valor del avance de la obra. Además de la paralización inmediata de la construcción. Esta situación no solo afectaría los plazos de entrega, sino que también podría retrasar aún más el traslado de los estudiantes a las nuevas instalaciones.
La carencia de licencia también impedirá que la obra obtenga su conformidad y la declaratoria de edificación, requisitos indispensables para su inscripción registral. La Ley 29090 exige que, una vez concluida la obra, se cuente con la resolución de licencia de edificación para su formalización. Este obstáculo burocrático podría prolongar indefinidamente la finalización y entrega del colegio a la comunidad educativa, generando incertidumbre en el futuro del proyecto.
Más irregularidades
La modificación físico financiera n.° 3, aprobada para la obra del Colegio Gran Amauta, incluyó más trabajos y nuevas partidas por un presupuesto de S/ 4 623 756,29 y extendió el plazo de ejecución en 157 días. Sin embargo, algunas de estas nuevas tareas requieren más tiempo del que se aprobó (12 meses), lo que crea una incompatibilidad entre lo que hay que hacer y el tiempo disponible. Esto podría causar problemas en la ejecución porque ninguna tarea debería durar más de los 5 meses asignados.
Esta falta de ajuste entre el trabajo proyectado y el tiempo disponible podría generar una pérdida de S/ 617 838,18 para el gobierno regional. Esta situación incumple las normas de calidad en la construcción, que exigen que todos los trabajos estén coordinados y se ajusten a los plazos. Si no se corrige, la obra podría sufrir más retrasos y aumentar los costos.
Finalmente, la obra del Colegio Gran Amauta ha sufrido varias modificaciones de presupuesto y plazo, que no han sido debidamente registradas en el sistema INFOBRAS, una obligación del gobierno regional. Estos cambios elevaron el costo de S/ 18.7 millones a S/ 29.3 millones y extendieron el plazo de ejecución de 300 a 952 días, sin embargo, estos ajustes no se reflejan en el sistema, lo que afecta la transparencia y el control por parte de la ciudadanía y los órganos competentes. Además, se detectaron registros duplicados de la misma obra, lo que agrava la falta de claridad en el seguimiento de su ejecución.
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