Putin actualiza la política nuclear rusa, advirtiendo que ataques con armas no nucleares podrían generar una respuesta nuclear, marcando un giro en la disuasión internacional.

El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó una nueva doctrina nuclear que endurece la postura de Rusia frente a agresiones extranjeras, incluidos ataques con misiles occidentales por parte de Ucrania. El Kremlin advierte que el uso de estas armas podría justificar una respuesta nuclear, incrementando la tensión en el conflicto.

La doctrina actualizada establece que cualquier agresión militar, ya sea por parte de un Estado o una coalición, será considerada un ataque contra la Federación Rusa y sus aliados. Según el portavoz Dmitri Peskov, las armas nucleares son vistas como un recurso extremo de disuasión.

El cambio en la política se produce después de que Estados Unidos aprobara el uso de misiles para ataques dentro de Rusia. Esto ha generado temores de una escalada nuclear. Especialmente después de ataques ucranianos recientes a depósitos de municiones en la región de Briansk, considerados estratégicos para el ejército ruso.

Aunque Putin subraya que la política nuclear tiene un carácter defensivo, el decreto permite al presidente informar a líderes internacionales sobre la disposición de emplear armas nucleares. Esta flexibilidad refuerza la posición de Moscú en el escenario global, pero aumenta la incertidumbre geopolítica.

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Ofensiva Ucraniana

Por su parte, Ucrania mantiene su postura ofensiva, con declaraciones de su Estado Mayor sobre la continuación de ataques a instalaciones logísticas rusas. Según reportes, estos ataques han afectado depósitos de municiones, incluidas bombas provenientes de Corea del Norte, aumentando la presión sobre Rusia.

La actualización de la doctrina coincide con la celebración del Día de las Tropas de Cohetes y Artillería en Rusia. Esto es un simbolismo que refuerza la imagen de fuerza del Kremlin. Sin embargo, también refleja el aislamiento y la estrategia de supervivencia de Moscú en un conflicto que parece no tener fin cercano.

La escalada nuclear como posibilidad en este conflicto plantea preguntas alarmantes sobre el futuro de la seguridad global. La comunidad internacional enfrenta el desafío de mediar para evitar que el conflicto ucraniano desencadene consecuencias irreparables. Mientras tanto, las potencias buscan reposicionar sus intereses en el tablero geopolítico.