Atentan a balazos contra precandidato Rafael Belaunde Llosa

La campaña electoral sufrió un sacudón este martes tras el atentado contra Rafael Belaunde Llosa, precandidato presidencial de Libertad Popular, cuyo vehículo fue baleado en Cerro Azul, Cañete. El exministro resultó ileso, pero el ataque reavivó temores sobre la escalada de violencia que atraviesa el país. Las primeras reacciones políticas exigen al Gobierno protección inmediata para los candidatos. Todo en medio de un escenario donde la inseguridad empieza a rozar la arena electoral.

El ataque ocurrió durante la mañana, cuando sujetos armados dispararon contra el auto que trasladaba a Belaunde mientras este realizaba trámites relacionados con el incidente. Según Pedro Cateriano, candidato a la primera vicepresidencia de Libertad Popular, el exministro no estaba en actividades políticas sino supervisando un emprendimiento en Cerro Azul.

Las primeras indagaciones policiales siguen abiertas. El comandante general de la PNP, Óscar Arriola, explicó que aún evalúan si el chofer del vehículo fue alcanzado por las balas. Remarcó que Belaunde no había denunciado amenazas, extorsiones ni chantajes previos. Mientras tanto, figuras políticas como Gino Costa exigieron resultados rápidos y contundentes. Señalando que el país no puede normalizar la violencia dirigida contra aspirantes a cargos públicos. Por su parte, Juan Sheput criticó al presidente José Jerí por mantener la agenda distraída de los problemas urgentes de seguridad.

La condena se extendió a otras voces del espectro político. Jorge Nieto, también precandidato presidencial, alertó que si la violencia política no se detiene, terminará fusionándose con la delincuencial, que ya opera sin freno. Las comparaciones con hechos recientes no tardaron en aparecer. Tales como el asesinato del candidato Percy Ipanaqué en Piura o la detención de un sujeto armado durante un evento del exalcalde Rafael López Aliaga en Villa María del Triunfo. Ambos episodios que dibujan un entorno cada vez más hostil para quienes participan en actividades proselitistas.

En el caso de López Aliaga, la Policía intervino a un hombre que intentaba mezclarse entre el público portando un arma cargada, siendo reducido a pocos metros del estrado. Su captura derivó en la suspensión del evento y su traslado a la sede del Departamento de Investigación Criminal. Estos incidentes, sumados al atentado contra Belaunde, consolidan la sensación de un clima político cercado por amenazas crecientes. Ahora el Gobierno tiene la responsabilidad de garantizar un proceso electoral seguro y sin más episodios de violencia.

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