Oswaldo Calle Talavera. Analista Político
Hace pocos días se publicaron las primeras propagandas que circulan en redes sociales y que dibujan las estrategias de los partidos políticos. No sólo personajes de Only Fans, actrices, conductoras, vedettes y futbolistas.
En esta última mención, todos los partidos hacen ahínco, pero me llamó la atención la aparición de un jugador que está en actividad, que juega en el extranjero, y que aún le queda unos cuantos años para jugar al futbol.
Christian Cueva aparece en una propaganda, bailando al lado del muñeco de un caballo, y al lado de Fiorella Molinelli,. Inmediatamente después aparece manejando un carro y en el asiento de atrás Molinelli, Cueva le dice: “¿no habrá un espacio, doctora, por ahí?”. Las redes explotan y se cumple con la difusión, los titulares de “Cueva se lanza al congreso” abundan y llenan las portadas de los diarios.
Días después, Molinell, sale en otra propaganda y aclara que quiso llamar nuestra atención, que ese era el objetivo de su campaña. Revela que querían hacer conocer su símbolo, que comprobó que somos un país que siente, que reacciona. Menciona que si el debate fuera más racional tendrían más espacio para hablar de propuestas y reformas. Y nos quiere aclarar con total tranquilidad que Christian Cueva está concentrado en su carrera en Ecuador. Finalmente nos dice que si algún miembro de su familia decide dar un paso a la vida pública lo hará desde su propia trayectoria.
Molinelli y su equipo no usan una estrategia de marketing. Su publicista o los encargados de su campaña en medios, mienten y usan la intriga y la suposición para crear expectativa. Y como ella lo confiesa: para “llamar la atención”. Fuerza y Libertad usa la figura del futbolista, y deja el espacio del familiar, escondiendo que el que en realidad postulará será el padre del jugador, Luis Alberto Cueva Sifuentes.
Molinelli conoce que Christian Cueva es conocido, carismático y popular. Pero olvida que el mismo jugador golpeó a una mujer y que las cámaras de un ascensor lo filman jalando los cabellos de su ex pareja con violencia y que está denunciado por eso. El padre de Cueva, el que postularía, también tiene una denuncia por apropiación ilícita en La Libertad. La denuncia la realizó su socio y lo acusa de recibir dinero, más de 283 mil soles y quedárselo sin repartirlo a su socio.
Fuerza y Libertad no descubre la pólvora. Sus publicistas usan los métodos de siempre, no correctos ni destinados en un tratamiento político, sino, recurren al uso del escándalo para la consecución de la atención del votante. Abandonando la seducción del voto por propuesta en un discurso político y haciendo un guiño a la política “chicha” que nos abunda.
El partido de la expresidenta de Essalud y exministra, postula con una exfujimorista Yeni Vilcatoma y un PPK al senado. Sin recordar que está procesado por lavado de activos en referencia a los pagos realizados por empresas del grupo Odebretch en favor de Westfiled Capital, mientras era primer ministro. Además de pagos de empresas a su propia cuenta personal cuando participaba de dos campañas presidenciales.
Ningún partido descubre algo nuevo, ni sus campañas parecen estar dirigidas por iluminados de la comunicación social. En los años 1933 a 1945, un Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y propaganda del Tercer Reich, colaboró con Hitler, convirtiéndose en pieza importante en la propaganda Nazi. De Goebbels conocemos 11 principios, el de simplificación al enemigo, el de transposición, el de la verosimilitud, el del método del contagio, entre otros. El también conocido como “enano venenoso”, era el autor de técnicas nada plausibles para convencer a las masas. De el tenemos como herencia el “miente, miente, que algo queda” muy usado en campañas pasadas y seguramente en la actual que está comenzando.
“Con la propaganda pasa como con el arte de la pintura, la imagen más valiosa no es la que más se asemeja a la realidad, sino, la que genera más emociones”, afirmaba Goebbels. Él dejó unas lecciones que hoy siguen siendo usadas, como señalar el poder infinito que tiene las emociones en las masas, el escándalo y el odio funcional, la búsqueda de retórica repetitiva y de un enemigo para tapar miserias propias.
Acostumbrémonos a que el escándalo sea una forma de transmisión. La comunicación política sufre, envilece la tarea, poniendo como objetivo siempre por encima el darse a conocer y no la mejora de la sociedad a través de la propuesta política.




